Los países de la UE se niegan a integrar sus políticas económicas
La convención sobre el futuro de Europa, que prepara el borrador de la primera constitución europea, se mostró ayer incapaz de proponer un sistema de coordinación económica que supere el actual, en el que ninguna autoridad garantiza la coherencia entre los planes macroeconómicos de los diferentes países. 'Sin un gobierno económico digno de tal nombre', se lamentó el eurodiputado socialista y miembro de la convención, Carlos Carnero, 'el euro está cojo y no se le puede sacar toda la rentabilidad que se debiera'.
El grupo de trabajo de la convención sobre asuntos económicos concluyó ayer sus trabajos preliminares y las conclusiones alcanzadas 'no están a la altura de lo que cabía esperar', valoró el comisario europeo, Michael Barnier.
La división del grupo ha impedido consensuar posiciones favorables a una coordinación profunda de las políticas fiscales y un avance en la armonización fiscal. '¿Es posible mantener una sola política monetaria con 12 políticas fiscales distintas?', se preguntaba hace poco José Borrell, uno de los representantes del parlamento español en la convención. 'Algunos creemos que no', contestaba el propio Borrell, 'y que el euro puede acabar tropezando si es así'.
Autoridad
El comisario europeo de Economía, Pedro Solbes, había propuesto el reforzamiento del Eurogrupo, la actual reunión informal, sin capacidad decisoria, de los ministros de Economía de la zona euro. Este foro les permite el diálogo, una vez al mes, con el BCE y la CE. Bruselas cree que tras la ampliación de la UE , con más países fuera que dentro de la unión monetaria, la zona euro necesita un formato de reunión más oficial.
La CE también pidió, en vano, una mayor autoridad para vigilar los déficit presupuestarios en la zona euro, así como para asumir la representación exterior de la zona euro. La convención, de momento, apuesta por mantener la coordinación actual, por deslavazada que parezca.