Soros, en los tribunales franceses por el 'asedio' a Société Générale en 1988
Un juicio al famoso financiero estadounidense Georges Soros y a otros tres acusados por un escándalo político-financiero que sacudió a Francia hace 14 años ha comenzado hoy en el Tribunal Correccional de París.
Se trata del juicio por el fracasado intento de toma de control del banco Société Générale en 1988, en el que once personas fueron procesadas y que salpicó a grandes nombres de las finanzas francesas y de la política, incluido el que fuera ministro de Finanzas de Francois Mitterrand, Pierre Bérégovoy.
Desde hoy hasta el próximo día 20 son juzgados por presunto uso de información privilegiada el financiero Soros, el ex director de gabinete de Bérégovoy Jean-Charles Naouri, el intermediario libanés Samir Traboulsi (recientemente procesado en la investigación de presuntas comisiones en un contrato de Elf en Nigeria), y el ex banquero Jean-Pierre Peyraud.
La justicia sospecha que se beneficiaron de informaciones privilegiadas procedentes del Ministerio de Finanzas en la operación montada en 1988 para comprar parte de Société Générale.
Importantes movimientos que impulsaron a una fuerte alza los títulos del banco (privatizado en 1987) en el segundo semestre de 1988 atrajeron la atención de la Comisión de Operaciones de Bolsa (COB).
La investigación puso al descubierto un montaje financiero, que, según la acusación, permitió a un grupo de hombres de negocios conseguir importantes beneficios.
Según la Fiscalía, Peyraud, el que más invirtió en la operación, habría sacado una plusvalía de 5,3 millones de euros. Debido a su avanzada edad de 90 años, es improbable que acuda a la vista.
Soros, de 70 años, admitió haber sido contactado por un banquero suizo para participar en el asalto contra Société Générale pero, al igual que Naouri, rechazó la invitación, si bien especuló sobre los valores del banco a través de su fondo de inversiones Quantum Fund, según los investigadores.
Naouri, quien como director de gabinete de Beregovoy tuvo un destacado papel en la reforma de las finanzas francesas, compró acciones de Société Générale a título personal y para su sociedad, indica la acusación.
De ser encontrados culpables, los acusados afrontarán un máximo de dos años de cárcel y multas por valor de 1,5 millones de euros, pero los observadores consideran que si hay condenas, serán leves, teniendo en cuenta la excesiva duración del procedimiento judicial.