Lula promete aplicar un programa de estabilidad y reactivación económica
Lula presentó ayer lo que serán, en principio, sus grandes líneas de gobierno recogidas en un documento titulado Compromiso con el cambio. El mensaje, largamente esperado por los mercados, condensaba lo que Lula denominó como 'proyecto económico alternativo y el inicio de un nuevo ciclo histórico'.
El presidente electo de Brasil aseguró que su Gobierno mantendrá una postura de responsabilidad fiscal, de control de la inflación y de devolver un crecimiento sustentable de forma gradual a la economía brasileña. Para ello, y con la 'obsesión' de crear empleos, el Partido de los Trabajadores (PT) movilizará 'recursos públicos disponibles en los bancos oficiales para reactivar el sector de la construcción civil y de obras de saneamiento'.
Lula se esforzó por transmitir un mensaje de tranquilidad a los inversores, asegurando que su Gobierno va a 'honrar los contratos establecidos por el Gobierno' actual' y 'enfrentar la actual vulnerabilidad externa' de la economía.
Llamamiento a la banca
Muchos analistas siguen temiendo que Brasil declare la suspensión del pago de parte de su deuda bajo un Gobierno de izquierdas como el del PT. Pero el dirigente de izquierdas insistió en que los cambios profundos que propone serán hechos 'sin sorpresas ni sobresaltos', bajo 'la marca del entendimiento y de la negociación', dijo.
Para conseguir sus objetivos, según Lula, Brasil hará su parte, pero es esencial que además del apoyo de organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial, se restablezcan las líneas de financiamiento para las empresas y para el comercio internacional'. El llamamiento de Lula iba dirigido a la banca internacional, que ante el riesgo a una suspensión de pagos ha restringido el crédito a las empresas exportadoras en el país, lo que ha presionado la demanda de dólares y, con ello, la depreciación del real.
Precisamente, el director gerente del FMI, Horst Köhler, envió ayer una carta a Lula felicitándole por la victoria y confiando en mantener la colaboración con las nuevas autoridades 'para ayudar a crear las condiciones necesarias para el desarrollo sostenible de Brasil. El Fondo y las autoridades brasileñas deben negociar en las próximas semanas los nuevos compromisos fiscales para mantener la ayuda financiera al país.
El presidente electo reconoció que afrontará duros retos que 'exigirán austeridad en el uso del dinero público y un combate implacable a la corrupción', aunque ratificó su objetivo primordial de combatir el hambre y propiciar la distribución de la renta.
El dirigente del PT aseguró que se empeñará 'personalmente' para lograr la aprobación del Congreso de las reformas tributaria, agraria, del sistema de pensiones, del mercado laboral y la reforma política.
Lula ha retrasado hasta hoy la presentación del equipo que dirigirá la transición, compromiso inicialmente previsto para ayer. Precisamente hoy es el día en que el presidente en funciones, Fernando Henrique Cardoso, ha convocado la primera reunión de trabajo entre los dos equipos. Nadie duda que el presidente del PT y mano derecha de Lula, José Dirceu, encabezará la delegación petista.