Lula promete sacar a Brasil de su crisis manteniendo los compromisos del gobierno anterior
El flamante nuevo presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha asegurado que honrará los contratos del gobierno saliente, al tiempo que ha pedido el apoyo de los organismos multilaterales y el restablecimiento de las líneas de crédito para su país.
En su primera comparecencia tras ser elegido por una aplastante mayoría en la segunda ronda electoral celebrada ayer, el líder izquierdista ha anunciado que el gobierno que dirigirá a partir del próximo 1 de enero mantendrá "una postura de responsabilidad fiscal".
"Vamos a enfrentar la actual vulnerabilidad externa de la economía brasileña", ha explicado, comprometiéndose también a generar nuevos empleos -"será mi obsesión"-, para sacar a Brasil de su crisis y encaminarlo a un crecimiento sostenido.
"Nuestro gobierno va a honrar los contratos establecidos por el gobierno y no se va a descuidar del control de la inflación", ha añadido.
Al mismo tiempo, ha recordado que "es esencial, que además del apoyo de organismos multilaterales como el FMI, el BID y el BIRD (Banco Mundial) se restablezcan las líneas de financiación para las empresas y para el comercio internacional".
También se ha referido a la necesidad de avanzar en las negociaciones para que los países ricos retiren "las barreras proteccionistas y los subsidios que efectivamente penalizan nuestras exportaciones, principalmente en el sector de la agricultura".
El nuevo presidente se ha comprometido públicamente a impulsar un "pacto nacional" con partidos políticos y grupos sociales, y empeñarse "personalmente" en impulsar reformas en los sectores tributario, agrario, fiscal y de la seguridad social.
O'Neill pide continuidad
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O'Neill, ha expresado su confianza en que Lula aplique las mismas políticas económicas que su predecesor, Fernando Henrique Cardoso.
O'Neill confía en que Lula continúe las políticas que Cardoso había puesto en marcha. "Es importante que lo hagan, porque son clave en América Latina".
Tras alabar los esfuerzos de Cardoso por llevar estabilidad financiera a Brasil, O'Neill se ha referido a Brasil como "un país con un gran potencial".
El Gobierno de Estados Unidos apoyó en septiembre pasado la concesión de una asistencia de 30.000 millones de dólares para Brasil por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
O'Neill ha recordado en varias ocasiones que la mayor parte de ese dinero se entregará en 2003, una vez haya tomado posesión el nuevo Gobierno y se haya confirmado que aplica las políticas económicas de control del gasto que promueve el FMI.
Precisamente el FMI ha felicitado al nuevo presidente. En su comunicado, el director del organismo, Horst Koehler, asegura que "el claro resultado electoral es otra afirmación de la vibrante democracia en Brasil y ofrece al presidente electo una oportunidad histórica para lograr las aspiraciones económicas y sociales de la población brasileña".
Koehler ha enviado una carta a Lula para expresar su deseo de entrevistarse con él y con su equipo económico a la primera oportunidad posible.
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha celebrado la victoria electoral de Lula en un mensaje en el que ha aprovechado para recordar los estrechos lazos históricos y económicos existentes entre Italia y el país latinoamericano.
"Nuestros dos países se encuentran unidos por lazos de tipo cultural, político y económico basados en la presencia en Brasil de una fuerte comunidad de origen italiano", ha asegurado.
El presidente del Gobierno, José María Aznar, también se ha puesto en contacto con Lula, a quien ha felicitado por su triunfo y con quien ha acordado impulsar las relaciones entre España y Brasil.