Golf, esquí y termas
Panticosa Resort conforma una oferta turística única, que incluye golf, esquí, salud y gastronomía
¿Qué tienen en común los arquitectos Rafael Moneo o Álvaro Siza, el restaurador Pedro Subijana y el doble campeón de Augusta José María Olazábal? Un complejo turístico de montaña, con campo de golf de 18 hoyos, que aspira a ser líder en Europa, para lo que cuenta con una inversión total que supera los 60 millones de euros, lo que le convierte en una de las mayores iniciativas privadas del país. El promotor es el grupo inmobiliario Nozar, de la familia Nozaleda, que a principios del pasado año adquirió la empresa Aguas de Panticosa, propietaria del enclave.
En el antiguo Balneario de Panticosa, ubicado en el valle de Tena (Huesca), a 1.630 metros de altitud, declarado Monumento Artístico Nacional en 1994, ha comenzado la restauración de las ocho edificaciones. Las ideas están a cargo de Rafael Moneo, Álvaro Siza, Jesús Manzanares, Belén Moneo, Rafael Beneytez y Jeff Brock. La primera actuación ha sido la entrada en servicio del restaurante del Lago del Gran Hotel, cuya coordinación está a cargo de Pedro Subijana, propietario del restaurante Akelarre, de San Sebastián.
Dentro del proyecto de Panticosa Resort, que contempla un hotel de cinco estrellas (Gran Hotel), tres de cuatro (Mediodía, Embajadores y Continental), un apartotel y un centro de alto rendimiento para deportistas de elite, destaca la construcción de Las Margas Golf que, con otras actividades culturales y paisajísticas de la zona, conformará para los visitantes del futuro complejo una oferta turística única.
'El golf es una propuesta complementaria necesaria para nuestros futuros clientes', remarca Félix Escudero, del grupo Nozar. Con la construcción del campo se facilitará la práctica del golf a aquellos visitantes que ahora se desplazaban hasta la localidad francesa de Pau. El campo de golf, situado en la margen izquierda del río Gállego, a menos de dos kilómetros del núcleo de Sabiñánigo, ha sido diseñado por José María Olazábal y el equipo de su empresa IGD. Las Margas se sitúa a 800 metros por encima del nivel el mar, en un terreno de 71 hectáreas. Sabiñánigo, puerta de entrada al Pirineo aragonés, goza de un clima que permitirá practicar el golf durante todo el año. Además del recorrido de 18 hoyos, como actividad complementaria existirá otro de 9, pares 3, situado en las inmediaciones de la zona de prácticas, en un área pensada para los que se inician o para aquellos que quieren perfeccionar su juego corto, ya que esta parte del campo discurre sobre una topografía muy movida, que exigirá una gran precisión en los golpes.
El campo estará provisto de dos lagos que cumplirán una triple función: ornamental, obstáculo para el juego y reserva de agua para el riego en el que se emplearán las soluciones tecnológicas más avanzadas para aplicar la pluviometría necesaria en cada zona del campo en el momento preciso.
Olazábal está convencido de que Las Margas será un gran campo en el que todos van a disfrutar, desde los más pequeños que se inicien con sus padres hasta los profesionales de más alto nivel. El golfista vasco reconoce que 'por la orografía del terreno, ha requerido mucha imaginación, esfuerzo y horas de trabajo en el estudio'.