Madrid tantea el negocio del tenis
Unas obras en tiempo récord y una inversión de 15 millones de euros se esconden tras la remodelación del viejo Rockódromo de la Casa de Campo de Madrid, donde se miden los mejores tenistas del mundo desde el pasado día 12 y hasta el próximo domingo.
El pabellón, ahora denominado Arena, al más puro estilo norteamericano, alberga la celebración del Tennis Masters Madrid. El evento supone el estreno de Madrid como sede de un acontecimiento en el que se dan cita las principales figuras de este deporte y que está organizado por la Asociación de Profesionales del Tenis (ATP). El ayuntamiento ha comprado los derechos del Masters durante cinco años prorrogables por otros cinco, con un coste de 1,5 millones de anuales. Los responsables municipales justifican la inversión en la proyección que el evento supondrá para la ciudad de cara a la candidatura olímpica de 2012.
En esta edición, más de 140 televisiones de todo el mundo retransmiten unos partidos seguidos a pie de pista por cerca de 30.000 espectadores en cuatro jornadas. æpermil;stos abonan entre 4 y 45 euros en función de la ubicación de los asientos y de la fase en la que se encuentre el torneo. Pese a la novedad, el público responde. Las entradas para ver las semifinales y la final ya están vendidas.
Las obras, encargadas a la unión temporal de empresas, integrada por ACS, Ferrovial y Ortiz, incluyen la habilitación del pabellón Arena y la instalación de dos espacios alternativos con pistas secundarias, con capacidad para 1.500 y 500 personas, respectivamente. También se han puesto en marcha dos pantallas gigantes para seguir la competición central, mientras que el Pabellón de Cristal cuenta con tres canchas de entrenamiento.
Pero además del tenis y de los aficionados, en la Casa de Campo se dan cita famosos, políticos y futbolistas, fundamentalmente del Real Madrid. La zona VIP es el eje de las relaciones públicas. Muestra de ello son los expositores de diferentes firmas que ofrecen desde nuevos accesorios para teléfonos móviles hasta sillones de masaje. Hay quien, incluso, puede aprovechar para ir a la peluquería. Los organizadores no han olvidado la gastronomía, a la que cada día se rinde un homenaje, comenzando por la australiana.
Fuera de las canchas, los tenistas se alojan en un lujoso hotel y tienen acceso libre al gimnasio de un centro comercial, además de pases para jugar golf en el Club de Campo. Si sus deseos son culturales, tienen la posibilidad de disfrutar de visitas guiadas por los Museos del Prado, Reina Sofía y Thyssen. Y si lo que quieren es echar un vistazo a la ciudad, pueden pasearse en un Mercedes-Benz último modelo.