Alemania presiona al BCE para que baje los tipos
Tras la reunión, la víspera, entre el presidente francés, Jacques Chirac, y el canciller alemán, Gerhard Schröder, en la que ambos coincidieron en la necesidad de flexibilizar el Pacto de Estabilidad y en ligar estabilidad y crecimiento, el eje franco-alemán lo hizo ayer en la necesidad de que el Banco Central Europeo (BCE) reduzca los tipos de interés.
Jacques Barrot, portavoz del grupo parlamentario del partido del primer ministro Jean-Pierre Raffarin, atacó ayer al BCE por no bajar los tipos de interés y por mantener de manera estricta las normas sobre reducción de déficit.
Por su parte, la renovada coalición de gobierno entre los socialdemócratas y los Verdes se está planteando reclamar al BCE que lleve a cabo una política monetaria que respalde más el crecimiento económico, lo que hace necesaria una bajada de los tipos de interés, según señalaba ayer el diario Die Welt.
En el proyecto de acuerdo de la coalición gobernante, que será oficialmente firmado hoy y que recoge el programa económico para los próximos cuatro años, los dos partidos señalan que su proyecto de reducir los gastos del Estado ¢debe tener como complemento a nivel europeo una política monetaria que conduzca a más inversiones, así como a más crecimiento¢. Esta afirmación se interpreta claramente como una presión hacia el BCE para que acometa próximamente una rebaja de los tipos de interés.
El inmovilismo de la política monetaria del organismo europeo inquieta al Gobierno alemán que, al igual que la mayoría de economistas, considera que el nivel de los tipos de interés es muy restrictivo para su país y un obstáculo para lograr crecimiento.
El paquete financiero aprobado el lunes por los socialdemócratas y los verdes prevé impulsar la economía mediante un aumento de las inversiones de 5.000 millones de euros y un incremento del endeudamiento de 2.600 millones de euros. Sin embargo, la coalición se ha visto confrontada con la necesidad de cerrar un agujero de 14.200 millones en los Presupuestos Generales de 2003, debido a que el borrador inicial se había hecho sobre unas previsiones macroeconómicas demasiado optimistas.
Para cubrir este agujero, la coalición ha recurrido a una serie de medidas encaminadas a aumentar los ingresos fiscales que consisten, sobre todo, en eliminar privilegios y subvenciones y en subir las cotizaciones sociales.
La reacción a todas estas propuestas no ha tardado en llegar. El derrotado candidato conservador a la cancillería alemana, Edmund Stoiber, acusó ayer a los partidos de la coalición rojiverde de haber perpetrado ¢el mayor engaño electoral de la historia de Alemania¢, con el nuevo pacto de gobierno que, según denuncia, prevé un aumento de la presión fiscal.
Los Verdes tendrán más poder
Los Verdes tendrán en el nuevo Gobierno alemán más competencias, aunque no han recibido un cuarto ministerio, tal y como se había especulado. Así, recibirán mayor margen de acción en materia medioambiental, ya que asumen las competencias en energías renovables.Se crea un nuevo superministerio que englobará las competencias de asuntos sociales y sanidad, así como la colocación de un responsable de asuntos europeos en el Ministerio de Exteriores, que seguirá encabezando el verde Joscha Fischer. Los otros dos ministros ya seguros de este partido son Renate Künast (Agricultura y Protección del Consumidor) y Jürgen Trittin (Medio Ambiente). En principio, la mayoría de los 14 titulares de la legislatura pasada seguirá en sus puestos, excepto los de Trabajo, Economía, Tráfico y Obras Públicas, Familia y Justicia. Wolfgang Clement, hasta ahora primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, será el próximo titular del superministerio de Economía y Trabajo. Ayer no se conoció aún la lista definitiva.