Un mensaje de descontento desde Brasil

Luiz Inácio Lula da Silva no ganó la primera vuelta electoral como esperaba (...). Pero estuvo cerca (...).

El triunfo de Da Silva no va a alegrar a la Administración Bush, los inversores extranjeros o la comunidad de negocios. Aunque ha moderado su radicalismo, en la campaña dejó clara su oposición a muchas de las reformas que Brasil ha llevado a cabo los últimos años con apoyo de EE UU (...).

Pase lo que pase en la segunda vuelta, Washington tiene que entender el mensaje de los votantes de Brasil. Si las reformas de libre mercado tienen que prevalecer en América Latina, debe hacerse mucho más esfuerzo para extender su beneficio más allá de una pequeña élite y que alcance a los millones que concedieron su voto a da Silva. Esta empobrecida mayoría llevó al poder a Hugo Chávez en Venezuela y parece que se va a convertir en un fenómeno definitivo en las próximas elecciones en Argentina (...).

Brasil es una tierra de iniquidades que deben ser combatidas por el próximo presidente. Pero un distanciamiento exagerado de la ortodoxia económica puede dar como resultado la salida de inversores (...), dejando a los brasileños más pobres en una miseria mayor.

Lo que está en juego en Venezuela

Aquí en Venezuela lo que está en juego es el futuro de la democracia y el sistema de libertades que hemos disfrutado en los últimos 40 años (con sus errores y aciertos). Pero que está siendo sustituido progresivamente no por un modelo que tienda a eliminar los vicios de los anteriores, como lo habíamos exigido a través del voto, sino por un régimen de corte totalitario, policial y mesiánico.