_
_
_
_
Energía

La AIE critica el uso de las reservas estratégicas para controlar los precios

La situación que atraviesa el mercado del petróleo está marcada por la incertidumbre que rodea al golfo Pérsico, que concentra el 27% de la producción mundial. Desde el verano, los analistas y operadores se preguntan qué sucederá si finalmente estalla una guerra contra Irak. Entre agosto y octubre, el precio del petróleo se ha encarecido un 12%. El crudo brent, el de referencia en Europa, ha pasado de 25 dólares por barril a 28 dólares. El efecto multiplicador en la inflación que acarrea el encarecimiento del crudo preocupa a las Administraciones occidentales. La tentación de los Gobiernos es liberar parte de las reservas estratégicas de crudo para moderar los precios y dar oxígeno a la maltrecha actividad económica.

En ese sentido va, por ejemplo, la última propuesta elaborada por la Comisión Europea. El primer objetivo es elevar las reservas de una cobertura de 90 días de consumo a 120 días. La Comisión quiere además controlar un tercio de esas reservas, con el objetivo de liberarlas en caso de que el precio del crudo supere de manera sostenida los 30 dólares. Según explica un portavoz de la CE, la misión de este control es 'garantizar el suministro en casos de ruptura de suministro y disuadir movimientos especulativos que distorsionen el precio'.

La propuesta no ha sido acogida con entusiasmo. Se oponen Gobiernos y empresarios. Y también la AIE. El director de la agencia, Robert Priddle, explica a este diario los motivos de su rechazo: 'Un nivel de cobertura de 90 días es el correcto, no es necesario más. Además, cualquier decisión sobre las reservas estratégicas de crudo debe ser tomada al más alto nivel internacional y para eso fue creada la AIE'.

El mayor riesgo que detecta la agencia es el rápido deterioro de las reservas empresariales de crudo. Los datos de la AIE reflejan que el tercer trimestre del año ha sido el peor para los inventarios industriales de la OCDE en una década. La caída ha sido de casi 400.000 barriles diarios. El tercer trimestre es un periodo tradicional de acumulación de reservas, para hacer frente al alza de la demanda en el invierno del hemisferio norte. Con una previsión de incremento de la demanda en el invierno de 1,4 millones de barriles al día, las perspectivas no son nada positivas para los precios.

Un mercado desequilibrado

El deterioro lleva meses alimentándose, pero los productores 'se sienten cómodos ignorándolo', advierte la AIE. Actualmente, el mercado está caracterizado por la escasez de oferta a corto plazo, precios moderados de los futuros y, en consecuencia, caída de las reservas.

La AIE reconoce que la economía mundial 'titubea', lo que afecta directamente a la demanda. El consumo mundial se contrajo a un promedio de 1,6 millones de barriles diarios en los seis primeros meses del año. Dado que sólo para un reducido grupo de países, principalmente árabes, es rentable extraer petróleo a un precio por debajo de los 15 dólares, la reacción natural de los productores en el resto del mundo ha sido restringir la oferta.

La práctica seguirá siendo la misma, a juzgar por las previsiones finales de consumo. La agencia estima que la demanda de petróleo será este año de 76,6 millones de barriles diarios, lo que supone un incremento de 170.000 barriles por día respecto a 2001. La previsión, que ha sido rebajada más de un 150% desde las proyecciones hechas a comienzos de año, presupone el aumento más bajo en casi 20 años.

La AIE detalla las consecuencias de esta acción y de la fuerte presión que la incertidumbre política y económica ha provocado en los precios a corto plazo: 'Cuando la cotización inmediata es mucho más alta que la futura, las compañías petroleras tienen pocos incentivos para reconstruir las reservas, ya que no pueden compensar en el mercado el elevado coste de almacenamiento'.

Altos precios y poca oferta

La combinación de altos precios y escasez de demanda restringe el margen de beneficio de los distribuidores. 'Entonces, las refinerías no tienen incentivos para reponer inventarios. La escasez de beneficio pone en peligro la viabilidad de las refinerías independientes, que no pueden compensar las pérdidas con el negocio de extracción de crudo'. La AIE concluye que la situación se agrava si los Gobiernos abren la espita de las reservas estratégicas.

La agencia teme, en definitiva que el mercado opte por una estrategia a plazo inmediato. La consecuencia será un precio más volátil y más alto. Los más perjudicados, los consumidores.

Archivado En

_
_