El PSOE confía en IU para rentabilizar su crecimiento electoral
El descenso en la intención de voto a Izquierda Unida que refleja la práctica totalidad de las encuestas es motivo de preocupación en el PSOE por las repercusiones que esta circunstancia pudiera tener tras las elecciones locales y autonómicas de mayo. De momento, el primer partido de la oposición sólo se está beneficiando del trasvase de apoyos procedentes de IU en un porcentaje mínimo, un hecho que de perdurar en el tiempo podría impedir que los socialistas rentabilicen su crecimiento electoral en numerosas capitales de provincia y en algunas comunidades autónomas.
El PSOE mantiene en estos momentos acuerdos de gobierno con Izquierda Unida en los ayuntamientos de Soria, Burgos, Almería, Córdoba, Granada y Huesca. En esta última corporación forma también equipo con el Partido Aragonés Regionalista, y en Granada, con el Partido Andalucista. Sólo en Córdoba ha cedido la alcaldía a IU. También mantiene coalición en el Gobierno de Baleares, junto al Partido Socialista de Mallorca y Unión Mallorquina.
El castigo electoral a IU que se refleja en las encuestas que manejan el PP y el PSOE puede tener consecuencias más serias para las aspiraciones de este último partido en Madrid, tanto en la comunidad como en el Ayuntamiento. Los estrategas del PSOE consideran que si se celebraran ahora las elecciones, tendrían posibilidades de hacerse con el Gobierno autonómico e, incluso, con el municipal en el supuesto de que la coalición que coordina Gaspar Llamazares obtuviera un resultado similar al de junio de 1999. En aquella ocasión, IU alcanzó un respaldo del 8,6% en el ayuntamiento y de 7,6% en la comunidad. Ahora, la foto electoral de IU en las encuestas es más menguada. Otro tanto ocurre a nivel de todo el Estado. En las elecciones legislativas de marzo de 2000 consiguió el 5,5% de los votos y en la actualidad todos los sondeos le conceden un porcentaje inferior, como mínimo, en un punto.
Auxilio a Llamazares
Dentro de IU se achaca el declive electoral a la mala imagen que proporciona la división interna, especialmente visible en el enfrentamiento que está originando su colaboración con el PNV y EA en el Gobierno vasco.
El líder de IU en Euskadi, Javier Madrazo, se ha identificado públicamente con el plan soberanista del lendakari, Juan José Ibarretxe, y ha obligado a Llamazares a realizar difíciles equilibrios para que la coalición no se rompa. Se trata de una situación no resuelta y que aún puede implicar un mayor coste electoral.
Desde la dirección del PSOE se ha decidido echar una mano a Llamazares, abriendo un diálogo bilateral para incorporar a IU al acuerdo alcanzado con el PP que pretende aumentar la protección de los altos cargos amenazados y facilitar la confección de las listas en el País Vasco. Llamazares no sólo va a respaldar la proposición de ley presentada en el Congreso, sino que también ha apoyado la actitud de la patronal Confebask contra al programa del lendakari.