Rebote biotecnológico
El sector de biotecnología se benefició en agosto y septiembre del flujo de noticias positivas y de la valoración atractiva de las compañías
Comentaba recientemente un columnista financiero del USA Today que en épocas alcistas los inversores están dispuestos a apostar con fuerza por compañías consistentes en tres doctores, dos microscopios y un mono. Pero no en una recesión. Ello explica el fuerte varapalo que los índices y los fondos biotecnológicos han sufrido en los últimos dos años y que tan sólo en el presente ejercicio alcanza una media del 50%, ligeramente por encima de las pérdidas que acumula el sector tecnológico. En los últimos tres meses, sin embargo, el sector ha gozado de un saludable rebote, achacable en gran medida a factores técnicos, pero también a una retahíla de buenas noticias, carne de la que se alimenta a corto plazo la biotecnología. La quincena de fondos biotecnológicos a la venta en España ha recuperado en torno al 5% de media en tres meses.
'Actualmente se están dando las condiciones para una mejora en las cotizaciones biotecnológicas, siempre que las condiciones macroeconómicas globales lo permitan', afirma Michael Sjöström, gestor del fondo Global Sector Biotech de Pictet Funds. Para este experto, actualmente las valoraciones de las compañías se encuentran históricamente bajas, a niveles de hace cinco años, y más baratas incluso que las de las compañías farmacéuticas. 'La razón fundamental de este rebote en agosto y septiembre ha sido la valoración', coincide Ramón Esteruelas, director de clientes institucionales de ING Investment Management, gestora cuyo fondo Invest Biotecnology ha ganado más de un 9% en tres meses. 'Llevaban un castigo excesivo y han ganado atractivo', añade.
Pero no es ésta la única razón del cambio de tendencia del sector biotecnológico. Hay que tener en cuenta que se pueden contar con los dedos las compañías que lo forman que tienen beneficios consistentes. Su valoración bursátil está basada en sus perspectivas de beneficio a largo plazo, en la confianza de que los medicamentos en los que investigan tengan éxito y puedan salir a la venta. De ahí que las noticias sobre tal o cual compañía y sobre este o aquel medicamento muevan con violencia un mercado de volatilidad extrema, de hasta el 50% en los últimos tres años.
Noticias ha habido, sin duda. Amgen, la compañía número uno del sector, logró en julio de este año que la FDA (Food and Drug Administration), organismo encargado de permitir la comercialización de medicamentos en EE UU, diera el visto bueno para su fármaco Aranesp, un antianémico en los tratamientos contra el cáncer. El giro que ha dado la FDA en los últimos tiempos, de hecho, ha sido otra de las noticias que han afectado al alza al sector. 'Es positivo que la FDA cuente con un nuevo comisario, que se haya renovado la legislación y se hayan anunciado medidas de reestructuración en este organismo regulador', afirma Sjöström. Según Nathaly Flury, gestora del fondo biotecnológico de Clariden Funds, ha sido determinante también la creciente colaboración entre grandes farmacéuticas y empresas biotecnológicas, como Roche con Kosan.
No todo son, sin embargo, buenas noticias. Muchas de las patentes de las compañías farmacéuticas comienzan a vencer -caso del revolucionador Prozac- y se teme que la inundación de fármacos genéricos en el mercado llegue a afectar al sector biotecnológico. Pese a todo, los gestores insisten una y otra vez en que la inversión en este tipo de compañías debe realizarse a muy largo plazo, pues es en ese horizonte temporal donde residen los beneficios potenciales de las compañías. En primer lugar, porque la población está envejeciendo y la demanda de nuevos fármacos crecerá con el tiempo. En segundo lugar, porque esta floreciente industria, que suponía un 9% del mercado mundial de fármacos en 2000, podría alcanzar una cuota del 25% para 2010. 'Nunca antes había habido tantos productos innovadores en fase clínica procedentes de la industria biotecnológica', asegura Flury.
Los gestores de este tipo de carteras se cuidan mucho de meter en el mismo saco a las compañías biotecnológicas y a las tecnológicas, tipo Internet. 'La diferencia reside en que las biotecnológicas necesitan barreras de entrada muy importantes. Hace falta mucha fortaleza financiera para crear una compañía biotecnológica', sostiene Ramón Esteruelas. En definitiva, son muchos los años de investigación y muchos los recursos necesarios hasta que un fármaco comienza a reportar beneficios. Esta circunstancia, en cierta medida, es garantía de que la compañía vale algo, no como muchos portales de Internet que salieron a Bolsa en plena burbuja.
Pero los problemas de financiación no son ajenos a este sector, del que muchas de sus empresas lo apuestan todo a la investigación de un fármaco que puede o no tener éxito. 'Es previsible una renovada actividad en materia de fusiones y adquisiciones, sobre todo en empresas biotecnológicas con problemas de financiación y necesidad de reestructuración', apunta Sjöström. Este proceso debería animar el sector. Entretanto, los gestores analizan con lupa las compañías de un sector en el que no cabe apostar de manera global. La selección de valores es, si cabe, más importante aquí que en cualquier otro segmento bursátil.