El peso del número en la Unión Europea
Sabemos hace tiempo que la UE, salvo catástrofe, abrirá sus puertas en 2004 a 10 países de la Europa central, oriental y meridional (...). Lejos de nosotros la idea de cuestionar esta ampliación histórica: mejor que frenar las adhesiones sería acelerar las reformas. Pero este voluntarismo no puede ocultar que el próximo matrimonio, de conveniencia, conocerá días difíciles.
Nadie puede negar que ni los candidatos ni la Unión están listos para el gran salto. Los primeros continuarán mucho tiempo su reforma en el interior y no fuera. Y la Unión intentará recuperar el tiempo perdido. Los Quince fueron incapaces de reformar en 1999 sus políticas comunes (agrícola y estructural) y preparar un marco presupuestario en función de la ampliación. Es difícil creer que 25, con gran diversidad socioeconómica, serán capaces de hacerlo por unanimidad cuando llegue de nuevo el momento en 2006 (...). Soñar que será posible que 25 avancen con ambición cuando los Quince no lo consiguen ni con el euro Doce, ni con la justicia, ni con la política exterior..., sería autoengañarse. La Europa de mañana avanzará tirada por una vanguardia de países ambiciosos o no avanzará (...).