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Gregorio Peces-Barba

'Tenemos que educar en ética de los negocios'

Desde hace tres lustros vive dedicado a su segunda gran obra, después de ser uno los padres de la Constitución española, la Universidad Carlos III. Gregorio Peces-Barba, madrileño de 64 años, es un rector exigente, con alumnos y profesores

Dirige una de las universidades españolas de mayor prestigio de España. La Universidad Carlos III de Madrid ha recibido de la mano de su único rector, desde hace 15 años, Gregorio Peces-Barba, varios premios, entre ellos el de Calidad de la Comunidad de Madrid. Madrileño, de 64 años, estará otros cuatro años más al frente de este campus, que acoge a 16.000 alumnos, y después se dedicará a su verdadera pasión, la Filosofía del Derecho. No ha dejado de dar clases ni de investigar y prepara un proyecto sobre la historia de los derechos humanos.

Pregunta. ¿Qué le tiene que decir a los que dicen que la Universidad española vive alejada de la realidad empresarial?

Respuesta. Eso ya no es cierto. Existen contactos con empresas. Por ejemplo, la Universidad Carlos III tiene contactos con múltiples empresas, relacionadas con los ámbitos de la ingeniería, jurista, del periodismo, que patrocinan actividades, másteres, cursos o titulaciones. Hay empresas, como El Corte Inglés o el SCH, que tienen verdadero interés por las universidades. Es verdad que hay un sector empresarial que puede haber mostrado su apoyo de manera desinteresada y los hay que hayan colaborado en apoyos interesados. Hay compañías que el mecenazgo como tal no lo asume. Desde el punto de vista moral, valoro a los que realizan mecenazgo.

P. Pero los empleadores se quejan de que los universitarios no salen con los conocimientos que requiere el mercado de trabajo.

R. No se referirán a los alumnos de la Carlos III. Los empresarios deberían entender que la práctica se aprende, pero que es necesario tener una sólida base teórica. Más del 90% de los alumnos de esta universidad tienen un primer empleo, y ahí no entro en sus condiciones, pero tienen empleo.

P. En estos momentos, parece que no basta con tener un título universitario para encontrar trabajo, que es necesario haber cursado un máster o curso de posgrado.

R. Yo creo que sí basta. Nuestros alumnos salen con bastante formación práctica, pero es verdad que se ha creado un clima en que son necesarios los másteres. Aquí tenemos 30 másteres y todos llenos de gente, con no más de 40 alumnos por curso. Creo también que ha sido muy buena la decisión del Ministerio de Educación de crear un título específico para aquellos que hayan cursado dos años de doctorado.

P. También se les exige una serie de actitudes y de cualidades, como empatía, liderazgo, que poco tienen que ver con los conocimientos.

R. La universidad no puede estar separada de las modas, pero tampoco puede vivir pendiente de ellas. Yo quiero que los alumnos de esta universidad tengan una buena formación profesional, sentido crítico y responsabilidad ciudadana. Para ello, todos los alumnos de la Carlos III están obligados a cursar seis créditos cada crédito corresponde a 10 horas lectivas de clase de Humanidades. Aquí se les hace trabajar mucho y yo estoy a favor de que se recompense el trabajo. Un profesor que suspende mucho es que es mal profesor. Todos esos rasgos que piden los empleadores me parecen bien y me gusta que la gente tenga, sobre todo, sentido crítico. Yo no sé lo que significa la palabra liderazgo. Es discutible. No todo el mundo puede ser líder.

P. ¿Cómo ve a los universitarios españoles?

R. No soy catastrofista. Llevo 40 años dedicado a la docencia y siempre he oído que todo está peor que hace años. Puede haber algo, ya que en los últimos años se ha generalizado la educación, pero eso es un falso problema, ya que no se puede apartar a nadie de la oportunidad de estudiar. Esta universidad y este rector estamos en contra de que la Ley de Calidad aparte de la enseñanza a los chicos con nivel bajo.

P. ¿Cómo se consigue una universidad pública de calidad?

R. Depende del interés que se ponga al servicio público. Hemos intentado tener una enseñanza de calidad, buenos profesores y buenos planes de estudio. No tenemos una estructura rígida. Hemos tenido mucho éxito con las dobles titulaciones, combinar derecho con económicas, por ejemplo. Queremos a la universidad pública. No existe comparación entre la universidad pública y la privada en cuanto a investigación y producción de profesores. Más del 70% de la investigación básica que se hace en España se hace en la universidad pública.

P. Usted exige a sus profesores dedicación exclusiva.

R. Los estatutos de esta Universidad exigen la dedicación exclusiva. Pero el funcionariado no me parece mal, puede dar apariencia de rigidez, pero es una masa de independencia y de critica. Es fuente de masa de critica, porque el puesto de trabajo no peligra. En esta universidad controlamos a los profesores que, por ejemplo, suspenden mucho. Eso se resuelve con el nuevo sistema europeo. Nosotros vamos a incorporar un nuevo sistema de notas, esto es, un complemento adicional con el currículo académico del alumno. Eso favorecerá a los empleadores, ya que tendrán más datos para conocer a los candidatos.

P. ¿Cómo ve a los directivos españoles?

R. No los veo mal. Hay algunos que comprenden y tienen relación con la universidad y otros a los que no les preocupa. Y eso no me gusta. Tenemos que profundizar y formar en ética de los negocios. Todas estas noticias que aparecen de falta de ética o de valores creo que es efecto de la patología del capitalismo, como ánimo de lucro y de crecimiento personal por encima de otros criterios. Por ejemplo, si hay que hacer viviendas no se puede decir que no se hacen porque con ello suba la inflación. No hay que olvidarse de las condiciones generales que derivan de la condición humana. Les recomendaría leer más a Antonio Machado, que decía que necio es aquel que confunde valor y precio.

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