Resistencias, soportes y zarandajas

Confusión es un términos consustancial a la Bolsa y así lo escribió el clásico. Si las cosas de la renta variable fueran tan fáciles, todo el mundo se dedicaría a especular y no existirían otras profesiones. Confusión, hoy como en el siglo pasado, vuelve a ser un término de moda en las Bolsas del mundo. A veces se utiliza para esconder la cabeza debajo del ala y no reconocer que el mercado está débil.

A la mayor parte de los participantes en la ceremonia de la confusión les resulta penoso trabajar el día a día. Por eso recurren a juegos de palabras que no se ajustan al método. Es lo que sucede desde hace varias semanas con los portavoces del análisis técnico. Términos como soportes a la baja y resistencias al alza se mezclan con advertencias sobre fundamentales.

Dicen los falsos chartistas que ésta o aquella empresa es buena o mala, sólida o inconsistente, pero que el soporte a la baja amenaza con ser perforado. Auténticas zarandajas, en cualquier caso, que no tienen explicaciones técnicas ni, incluso, fundamentales. ¿Qué pueden hacer los agitadores cuando, como sucede ahora, los líderes del mercado muestran heridas muy graves?

Los bancos estadounidenses y los alemanes siguen bajo sospecha por el aumento de los impagos y su fuerte exposición en los sectores que antaño estuvieron de moda, es decir, en las telecomunicaciones y valores de la nueva economía. La banca española, hasta hace poco la gran referencia en el mundo por rentabilidad y solvencia, es acosada por los grandes bancos de inversión anglosajones, que repiten un día sí y otro también, por si alguien no se ha enterado, que están muy expuestos en Latinoamérica.

Muy poco cabe esperar de los mercados de acciones cuando el patrón está en cama. Los bancos son algo más que sus propias acciones cotizadas dada su influencia en el tejido empresarial.