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Plan

Philips cierra la división de componentes electrónicos

La multinacional holandesa Royal Philips Electronics hizo ayer público el plan de cierre de su división de componentes electrónicos, que le supone unos gastos de reestructuración por valor de 175 millones de euros. Esta división, con sede en Sunnyvale (California), emplea a 13.000 personas para fabricar pantallas para teléfonos móviles y otras aplicaciones de almacenamiento de tecnología óptica. El año pasado perdió 667 millones de euros.

Un portavoz de la compañía aseguró que 'los trabajadores serán recolocados en otras partes de la compañía'. En España, según la misma fuente, afecta sólo a dos personas.

Las operaciones relacionadas con las pantallas para móviles se integrarán en la división de semiconductores, que tiene también actividad en este mercado. La producción de otros dispositivos digitales y de conexión inalámbrica o por control remoto los absorbe la división de electrónica de consumo. El resto de actividades pasará a formar parte de Philips Investments, como activos no estratégicos del grupo.

El objetivo, según la compañía, es conseguir que 'la unidad de almacenamiento óptico (Philips Optical Storage) retorne a resultados positivos'.

Todo este plan de reorganización está previsto que se termine de llevar a cabo antes de que empiece el nuevo año, bajo la dirección de Theo van Deursen. El actual consejero delegado de la división de componentes de Philips, Matt Medeiros, abandona el grupo el 1 de noviembre.

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