United Biscuits cerrará Fontaneda si no hay acuerdo laboral antes del día 15
A United Biscuits se le ha agotado la paciencia en Fontaneda. Los ejecutivos de la compañía en España han mandado en las última semana una serie de avisos tanto a sus trabajadores como a sindicatos y partidos políticos de Castilla y León con el claro mensaje de que ya no cabe más alternativa que la mesa de negociación abierta para consensuar el sistema de traslados de los trabajadores de Fontaneda a otros centros de United Biscuits en España.
Según ha podido saber este diario de fuentes cercanas a la compañía, la multinacional ha exigido a su filial española que cierre cuanto antes el contencioso. El plazo final es el próximo día 15 de octubre. En esa fecha, a no ser que la propia empresa decida ampliar el plazo, termina el periodo de 15 días que la compañía dio a sus trabajadores para negociar los traslados.
Despidos
Si no hay acuerdo -los sindicatos no acudieron a la primera reunión convocada, que tenía que celebrarse a principios de la pasada semana-, la empresa comenzará a enviar cartas de traslado forzoso a sus trabajadores. Llegados a este punto, los que no acepten serán despedidos y será la justicia la que decida la indemnización a pagar.
La multinacional ha decidido también no permitir a sus ejecutivos españoles que se sienten a negociar proceso de venta alguno de la fábrica. Lo ha hecho a la vista de que los dos intentos que se han realizado para poder vender se han saldado con sendos fracasos. Estiman que el grupo Siro, controlado por el empresario Juan Manuel González Serna, no tiene un interés real en sentarse a negociar. Y entienden que la presión social, sindical y política fue la razón que obligó a la también empresa galletera Gullón a romper el preacuerdo que firmaron para ceder a la empresa palentina la fábrica de Aguilar de Campoo.
Las fuentes consultadas aseguran que United Biscuits se ha hartado de tanta presión social desencadenada para evitar un cierre que desde el punto de vista 'económico y empresarial es de libro'.
Recuperar la marca y la imagen
Los ejecutivos de United Biscuits comienzan a preocuparse seriamente por el impacto que la crisis de Fontaneda tendrá finalmente sobre la marca. Estiman que será necesario un serio esfuerzo de inversión en marketing para recuperar su imagen y hacer olvidar al mercado la crisis que se ha vivido en la empresa.
La multinacional cree que la decisión de reorganizar su estructura industrial en España, cerrando Fontaneda, ha estado supeditada a intereses sindicales y políticos a un año escaso de las elecciones municipales y autonómicas.
'No cabe interpretarlo de otra forma', aseguran, 'nos hemos sentido perseguidos y castigados por tomar decisiones normales dentro de una empresa moderna. Y no entendemos la persecución cuando analizamos lo que nos está pasando a la vista del plan social que presentamos para recolocar a los 208 trabajadores de Fontaneda'.
El pasado viernes la multinacional británica quiso dejar claras algunas de sus decisiones en un comunicado en el que criticaba que ahora se le diga con quién debe negociar la venta cuando desde las instancias que ahora le piden vender hace unos meses se saboteó el proceso de venta.
La compañía insistió en que es la única propietaria de la sociedad Marbú (empresa que ha absorbido a Fontaneda) y, por consiguiente, de la factoría de Aguilar de Campoo (antigua Fontaneda) y 'por tanto, es la única parte capacitada para tomar las decisiones más pertinentes sobre el futuro de la misma'.