La Bolsa cae el 2,33% en la sexta semana consecutiva de bajadas
El dato mensual de desempleo en Estados Unidos prometía marcar la jornada. Pero su lectura fue, ante todo, confusa. Lo que pesó en el mercado, y lo que llevó al Ibex a perder un 0,95%, fue la rebaja de previsiones de beneficios llevada a cabo por EMC, Boeing y Schering. Las tres compañías empañaron una rebaja del desempleo que, además, se debió más al descenso de buscadores de trabajo que al número de empleos, que cayó.
En la semana, el índice español ha retrocedido el 2,33%. Es la sexta semana consecutiva de retrocesos, una racha negativa que iguala a la registrada en junio y julio, cuando los mercados se desplomaron a causa de la proliferación de escándalos contables en Wall Street. Cerró el Ibex en 5.499 puntos. Está a 120 de los mínimos marcados el 1 de octubre.
Se destapó el miércoles el mercado con un alza del 4,58%, una de las mayores del año. El acuerdo entre Naciones Unidas e Irak para el regreso de los inspectores sugería la posibilidad de evitar la guerra. Los mercados respondieron con euforia, pues la prima de guerra es uno de los factores que más pesa en las cotizaciones actuales. A esta subida sucedieron dos sesiones consecutivas de bajadas.
El alza del miércoles tenía buenas vibraciones, sobre todo porque acompañó el volumen. La guerra era una incertidumbre, un riesgo que hacía posibles nuevos descensos a mínimos, sobre todo si el precio del petróleo superaba durante un tiempo los 30 dólares. Sin este lastre, se puede pensar en comprar, pues es menos verosímil que se puede entrar en el mercado a precios más baratos.
Pero Irak no es el único freno de mano que tiene la Bolsa. Hay otros muchos, la economía de Estados Unidos, los resultados empresariales y el riesgo bancario. Este último asunto es el más candente, especialmente en Europa.
Durante esta semana se sucedieron la rebaja de calificación financiera de Swiss Re (ya no es triple A para S&P), la advertencia sobre beneficios de Credit Suisse, el aumento de las provisiones de Bank of New York y, por si fuera poco, una notable oleada de recomendaciones negativas desde las firmas de análisis sobre el sector financiero. El aumento de la morosidad en las grandes entidades y la depreciación de las carteras son las dos principales amenazas.
Brasil
La gran banca española está menos expuesta a estos riesgos que la europea. Harto tiene con América Latina. Mañana se celebran las elecciones en Brasil, que han preocupado bastante más a los inversores españoles que cualquier cita electoral doméstica.
Probablemente gane Lula. Incluso en la primera vuelta. Los mercados se han ensañado con la divisa brasileña, movidos más por la huida masiva que se registra en activos de riesgo que porque los operadores estén todo el día leyendo sondeos electorales. Lo relevante es el cumplimiento de las obligaciones fiscales, y eso ya se verá.