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Venta

Vivendi rechaza las ofertas de compra por el grupo propietario de Anaya

Los postores por el negocio editorial de Vivendi Universal han querido aprovechar la delicada situación financiera del gigante francés y han ajustado a máximos sus ofertas para comprar la división que incluye la editora estadounidense Houghton Mifflin, así como la española Anaya y su filial Alianza Editorial.

Pero Vivendi no está dispuesta a vender a cualquier precio y, en un intento de presionar a los candidatos, ha rechazado las tres ofertas presentadas por su bajo precio, según fuentes cercanas a la compañía citadas por Bloomberg.

El precio ofrecido no superaba los 3.000 millones de euros, mientras que la compañía francesa espera un mínimo de 3.400 millones. Para fortalecer su posición, Vivendi está contemplando vender por partes el negocio si no consigue que las propuestas alcancen el nivel deseado. A la espera de la decisión final, la empresa ha pedido a los candidatos que rehagan las ofertas y las presenten de nuevo hacia el 15 de octubre.

Los analistas consideran que Vivendi no puede exigir un buen precio por los activos en venta cuanto todo el mundo conoce su situación financiera -la deuda es de 19.000 millones de euros- y sus necesidades de hacer caja. Y así han actuado los tres consorcios que han presentado ofertas, que han ajustado al máximo el precio.

El primero de los grupos está formado por la sociedad francesa Eurazeo, junto con Carlyle y Crédit Agricole. El segundo está liderado por BNP Paribas e incluye firmas de capital riesgo como Apax Partners, Bain Capital, Thomas H. Lee y la filial del ramo de Goldman Sachs. El tercer grupo en discordia está compuesto por Lagardere, la segunda editora de Francia después de Vivendi, y Ripplewood.

Pero Vivendi y su nuevo presidente, Jean-René Fourtou, creen contar con un arma para combatir la actitud de los oferentes y es el dinero recaudado desde julio, cuando Fourtou llegó a la presidencia y comenzó el plan de choque en una compañía que estaba cerca de la quiebra. En estos meses, el conglomerado francés ha vendido activos por 1.600 millones de euros, que incluyen la desinversión en la televisión de pago italiana, y ha conseguido un préstamo de 3.000 millones de euros.

Mientras Vivendi lucha por rehacer sus finanzas, su ex presidente Jean-Marie Messier se enfrenta a investigaciones bursátiles. Messier compareció los pasados lunes y martes ante la Comisión francesa de Operaciones de Bolsa (COB) en relación con la compra y la cesión de activos del grupo, según revela el periódico Le Parisien.

El interrogatorio se enmarca en la investigación que la COB abrió en julio sobre la veracidad de la información financiera difundida por Vivendi desde enero de 2001.

Los investigadores, agrega el rotativo, han pedido la comparecencia de los banqueros del grupo, por lo que el martes próximo debería declarar el presidente de Société Générale, Daniel Bouton.

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