Harinera de Tardienta, la información detallada
La empresa propiedad de Caja Rural de Navarra invierte 72.000 euros en un programa de gestión para controlar su producción y sus costes
Dos años atrás, la Caja Rural de Navarra, siguiendo un plan de expansión en el sector alimentario, adquirió Harinera de Tardienta (Huesca), empresa dedicada a la producción de harinas y sémolas. Esta compañía se convirtió en la segunda harinera del grupo financiero, propietario también, en su totalidad, de Harivasa 2000, aunque ambas empresas funcionan independientemente.
El sistema informático utilizado por la harinera adquirida, sobre una base de datos Unix, resultaba anticuado para los nuevos gestores; 'sus prestaciones se reducían a lo imprescindible: facturación, contabilidad y algunos informes de gestión o dirección y no se adaptaba a los objetivos que perseguíamos, entre otros, disponer de datos en tiempo real', dice José Miguel Ochoa, director gerente de Harinera de Tardienta.
Otra cuestión decisiva a la hora de cambiar de programa informático fue que Caja Rural de Navarra contara, en un futuro, con un mismo sistema de gestión en las dos harineras, así como en futuras empresas, aunque se administren de forma independiente y accedan a diferentes mercados. El objetivo final planteado desde la entidad financiera es disponer de un sistema informático uniforme en el grupo.
La empresa cuenta con nueve depósitos repartidos por el norte de la Península: en Barcelona, Reus (Tarragona), Gandía (Valencia), Gijón (Asturias), San Sebastián (Guipúzcoa), Zaragoza, Lugo, Vigo y Porriño (ambos en Pontevedra), que reciben diariamente camiones con mercancías.
Esto suponía que, con el anterior programa, se conocían las toneladas de harina distribuidas pero no las vendidas debido al desfase en el tiempo que significaba la llegada a las oficinas centrales de los albaranes de entrega y su posterior mecanización. 'Lo mismo sucedía con los cobros', explica Ochoa. 'En definitiva, todo lo relacionado con los almacenes resultaba diferido en el tiempo'.
Culminado el proceso de implantación del sistema de gestión ERP, 'nuestros representantes o los almacenistas en destino entrarán en el sistema y generarán los pedidos y los albaranes al momento y sabremos los saldos en los diferentes depósitos', comenta Ochoa.
El antiguo sistema proporcionaba datos poco específicos sobre los costos que implicaban los clientes. En breve, sin embargo, 'también conoceremos los costes imputables a cada camión que abandone la factoría', dice Ochoa. Algo similar sucederá con todo lo referente al proceso de producción. 'Con la nueva tecnología, sabremos, además, al instante, la trazabilidad del producto'.
'Obtener la integración de los sistemas informáticos resultaba imprescindible, de otra manera las exigencias de la propiedad no hubieran podido llevarse a efecto. De ahí la importancia de disponer de un paquete estandarizado que facilitara una información actualizada, cuyo mantenimiento fuera en línea y que, en caso necesario, pudiera desarrollarse con nuevas aplicaciones', resume Ochoa.
Las dudas de las pymes
No obstante, antes de decidirse, la empresa barajó tres alternativas: los programas de Navision, de Praxis y de RPS. 'En el mercado se encuentran los programas de ERP (solución para la gestión de empresas) diseñados para grandes corporaciones que no coincidían con nuestros objetivos ni por coste ni por volumen de equipo. Buscábamos dentro de un segmento muy definido, el de los sistemas de tamaño medio. Sistemas que, en realidad, suelen ser muy parecidos, de manera que para decidirnos tuvimos en cuenta aspectos tan importantes como las referencias de la empresa encargada de la implantación y, por supuesto, las prestaciones', explica Ochoa.
Finalmente acudieron a Ayanet su proveedor informático habitual, que les vendió un programa de gestión empresarial (ERP) diseñado para pymes fabricado por la empresa RPS (Red para la Provisión de Sistemas).
La instauración de la herramienta supuso para la harinera oscense un desembolso de unos 72.000 euros a los que se suma una cifra anual por mantenimiento y un porcentaje sobre la licencia de usuario, que contempla la futura actualización del sistema y que no implican mayores costes.
'Por lo general, las pymes suelen manifestar un temor similar respecto a las nuevas tecnologías: que la inversión realizada no coincida con los resultados obtenidos', dice José Muniesa, director comercial de Ayanet. 'Pero no fue el caso de Harinera de Tardienta; ellos tenían muy claro qué solución querían y nos entendimos desde el principio'.
Ayanet cuenta con consultores para las diferentes áreas empresariales. Precisamente, son los consultores de gestión quienes forman al personal de la harinera, analizan con ellos las necesidades de los diferentes sectores y aportan las soluciones requeridas.
'Las pautas de cómo debe desarrollarse el proyecto no las marcamos nosotros sino el cliente', apunta el director comercial de Ayanet. 'Puede suceder que, durante el proceso de implantación del programa informático, el cliente necesite dedicar recursos financieros a otras actividades. En ese caso, salvo que haya que repetir la formación o que surjan añadidos al margen de lo pactado, costes y plazos coinciden con lo presupuestado'.