Los sondeos sitúan a Lula a un paso de ganar la presidencia en la primera vuelta
El líder del Partido dos Trabalhadores (PT) está a punto de vencer su propia maldición. Es la cuarta vez que Lula opta a la presidencia. En las tres ocasiones anteriores lideró las encuestas hasta que el apoyo se evaporó al llegar la hora de la verdad. El sondeo realizado por Vox Populi para el diario brasileño Correio Braziliense le da el 48% de los votos, mientras que la consultora Datafolha le otorga el 49%.
Unos 115 millones de brasileños están convocados a las urnas el próximo seis de octubre para elegir al presidente del Gobierno, a 27 gobernadores, 54 senadores, 513 diputados y 1.059 legisladores regionales. Lula ha liderado desde el principio las encuestas presidenciales con un margen sobre sus rivales que siempre se ha percibido como insalvable. El segundo puesto se los disputan tres candidatos: el ex ministro de Salud, José Serra, designado por el presidente actual, Fernando Henrique Cardoso, y favorito de los mercados, y los izquierdistas Anthony Garotinho y Ciro Gomes. Serra es el candidato mejor situado, pero su apoyo no alcanza el 20% en ningún sondeo.
El domingo pasado, el director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Horst Köhler, intentó enviar un mensaje positivo. 'Estoy convencido de que habrá una transición tranquila', afirmó Köhler en referencia a la era pos-Cardoso, informa Ana B. Nieto desde Washington. Más pesimista era la percepción del ex subdirector del Fondo Stanley Fischer: 'Cada día que pasa se deprecian los activos, la trayectoria de la deuda se hace insostenible'.
La crisis que atraviesa el país tiene su reflejo social. El paro afecta a unos ochos millones de personas, mientras que la economía sumergida emplea a 38 millones. Ninguno de los candidatos ha ofrecido soluciones definidas para la creación de empleo.
Críticas a Fraga
El débil contexto internacional, con una fuerte caída de la inversión, tampoco ayuda. En una reunión con corresponsales extranjeros, Lula expresó ayer su voluntad de apoyar el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), pero desde un punto de vista de un tratado 'ecuánime', tan positivo para EE UU, impulsor del ALCA, como para todo el continente.
Lula también dejó claro que no nombrará a ningún ministro 'obedeciendo a la presión del mercado'. El candidato del PT ya anunció la semana pasada que estaba 'totalmente descartado' que el prestigioso Armínio Fraga siguiera al frente del banco central. 'Tenemos gente muy válida en el PT que está más acorde con nuestras ideas', justificó Lula, que añadió ayer que el banquero 'no está haciendo bien su trabajo'.
Lula ha insistido hasta la saciedad en que no suspenderá el pago de la deuda, aunque sí se ha mostrado partidario de restringir las relaciones con el FMI al mínimo imprescindible. Pese a los continuos mensajes de tranquilidad enviados al mercado, Lula ha sido incapaz de vencer el recelo de los inversores extranjeros, que, con su espantada, han contribuido a acelerar la crisis económica que sufre el país.
La amenaza de la deuda
La desconfianza de los inversores internacionales ha provocado el incremento progresivo del coste de financiación y la apreciación espectacular del dólar, que ha pasado de 2,3 reales a principios de año a 3,8 en la actualidad, lo que sitúa el tipo de cambio de la moneda brasileña en el nivel más bajo de sus ocho años de vida del Plan Real.
Ni siquiera el inesperado crédito de 30.000 millones de dólares (30.395 millones de euros) concedido en agosto por el FMI ha servido para frenar el deterioro de la divisa. Los movimientos de los inversores responden al temor de que Brasil suspenda los pagos de la deuda, que ya asciende a 335.000 millones de dólares (339.412 millones de euros). El deterioro del real complica aún más el problema, ya que aproximadamente el 45% de la deuda está vinculado al dólar. El banco central tuvo que intervenir ayer varias veces para frenar la depreciación del real.
Además de todas las incertidumbres electorales, lo cierto es que la economía brasileña no marcha nada bien. El Instituto Brasileño de Geografía y Estadística divulgó ayer las cifras definitivas del PIB del primer semestre, que arroja un crecimiento interanual del 0,03%.