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Intereses

El pago de la deuda se dispara el 10,7% y supone 17 euros de cada 100 de gasto

El Estado destinará el año que viene 17,1 euros de cada 100 presupuestados en las cuentas de gasto no financiero para cubrir las necesidades de pago de intereses derivadas de su endeudamiento. En total, los pagos por este concepto se van a disparar hasta los 19.632 millones de euros en 2003, un 10,7% más que este año, debido en parte a los costes en concepto de retribuciones implícitas que implica el aumento del 54% en la amortización de bonos y obligaciones. La segunda explicación al crecimiento de los intereses se encuentra en la nueva estructura que se ha dado al pago de los bonos, para adaptarlos a las demandas más habituales de los inversores internacionales.

El Gobierno, sin embargo, asegura que estos factores no incidirán en el coste medio de la deuda en circulación, que se situará en el 5,87%, superior al de 2002, pero inferior a las cifras cercanas al 10% registradas a mediados de la década pasada. El coste medio de las emisiones que se realicen en 2003 se colocará, según la previsión de los Presupuestos Generales, en el 5,5%.

En conjunto, por tanto, los pagos de intereses de la deuda del Estado alcanzarán el 2,69% del PIB previsto para el año que viene (729.200 millones de euros).

El endeudamiento del Estado se situará en 320.500 millones en 2003

A un ritmo incluso superior al del pago por intereses crecerán en 2003 las emisiones brutas efectivas de deuda. El año que viene, el Estado pondrá en circulación 79.345 millones de euros, un 19% más que en 2002.

Esta cifra se deriva del déficit de caja del Estado, que se situará en 8.821 millones, sumado a la variación de activos prevista, otros 4.924 millones. En conjunto, las necesidades financieras efectivas del Tesoro serán de 13.745 millones, que se cubrirán con la disminución del saldo de la cuenta del Tesoro en el Banco de España por importe de 7.200 millones y una emisión neta de deuda de 6.545 millones.

A esta emisión hay que añadirle otros 72.800 millones, que se destinarán a amortizaciones de deuda, lo que da el total de 79.345 millones que se sacarán al mercado en 2003.

Las elevadas amortizaciones a las que hay que hacer frente el año que viene no son una sorpresa para el Gobierno, que ha estado preparándose para ello y en 2002 aumentó el saldo de la cuenta del Tesoro, para aprovechar, a la vez, la tendencia bajista de los tipos de interés.

En 2003, por tanto, se romperá la tradición de los últimos años de reducir ejercicio a ejercicio los vencimientos anuales debido al alargamiento de la vida media de la deuda. El año que viene, las amortizaciones crecerán un 32%, pero el Gobierno ya adelanta que esto no implica un incremento en el riesgo de refinanciación medio asumido por el Tesoro. De hecho, el Ejecutivo confía en que, a finales de 2003, la vida media de la cartera de deuda del Estado suba ligeramente, hasta 6,10 años.

Puesto que la mayor parte de las colocaciones a realizar tienen como destino la amortización de deuda y que la emisión neta de endeudamiento es menor que en 2002 por las aportaciones previas hechas a la cuenta del Tesoro, el pasivo público total no saldrá muy perjudicado. El saldo de deuda del Estado en circulación crecerá un 2,1% el año que viene -aumentó un 2,28% en 2002-, hasta situarse en 320.500 millones de euros a finales de 2003.

Con estas cifras en la mano, el Gobierno conseguirá reducir otro año más el ratio de endeudamiento del Estado. El bajo crecimiento de la deuda junto con un incremento del PIB nominal del 5,8% dará lugar a una disminución de 1,65 puntos porcentuales con respecto a 2002 en el ratio de endeudamiento del Estado sobre producto interior bruto, que se situará en el 43,95%. Esta cifra es 13 puntos inferior a la de 1996, lo que da idea de la tendencia bajista de esta ratio.

Esta rebaja es aplicable asimismo si la cuenta se realiza con la deuda total de las Administraciones públicas. El ratio de endeudamiento bajará hasta el 53,5%, dos puntos menos que este año y 14,7 enteros inferior al de 1996, cuando el Presupuesto no estaba equilibrado.

La estrategia del Tesoro para financiarse el año que viene cambiará radicalmente con respecto a los ejercicios anteriores y las letras serán las protagonistas. El deseo de elevar la vida media de la deuda ha llevado al Gobierno a centrar sus necesidades de recursos en los bonos y obligaciones, mientras que las letras no suponían más del 10% de las emisiones. En 2003, sin embargo, la intención de dar liquidez al mercado de más corto plazo, estabilizar el crecimiento de la vida media de la deuda y aprovechar el menor coste de esta financiación hará que las letras supongan el 50% de las emisiones previstas.

El Gobierno se plantea emitir letras a 3 y 6 meses

 

Las letras del Tesoro serán las protagonistas de las emisiones del 2003 por una doble vía: no sólo su peso sobre el total de colocaciones pasará del 10% al 50% (algo más de 39.500 millones de euros), sino que está en marcha una reforma de este mercado encaminada a incrementar su eficacia y liquidez.

 

 

 

 

 

 

 

La estrategia de emisión de letras se ha modificado y ha dado lugar a una reducción del número de subastas y una concentración de los vencimientos. Además, se están tomando medidas para dar a este producto una mejor distribución internacional y una mayor liquidez, a través de la regulación del grupo de Creadores del Mercado de Letras y de su inclusión en las plataformas electrónicas de contratación.

 

 

 

Pero quizá la iniciativa más importante que contempla el Gobierno es el lanzamiento de letras a plazos distintos a los habituales, como a 3 y 6 meses. El objetivo sería mejorar el coste de financiación y la gestión de liquidez de la cuenta del Tesoro. Según el Ejecutivo, esta práctica es común en buena parte de Europa, y centra las colocaciones en los vencimientos más cortos.

 

 

 

El Tesoro también se plantea cambios en los otros instrumentos de financiación, bonos y obligaciones, por la disminución de las necesidades de endeudamiento y las dificultades para dar liquidez a todas las emisiones. Una posibilidad es alternar anualmente las colocaciones en función de la demanda. Todas estas reformas se complementarán con otras iniciativas destinadas a reducir el coste de financiación del Estado.

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