Dos socios de Novasoft demandan a los máximos ejecutivos del grupo
Novasoft ha sido los últimos años el exponente de la nueva empresa andaluza. Nació en 1993 en una incubadora de la mano de cuatro jóvenes, con pocos recursos económicos pero gran espíritu emprendedor. Especializada en el desarrollo de software sanitario, no se achantó ante los mercados internacionales y pronto sus productos informáticos se expandieron por toda España y alcanzaron Latinoamérica.
Pero llegaron los problemas y el estilo de la nueva economía fue insuficiente para frenar los males de la vieja economía: las desavenencias personales.
Los desencuentros entre los socios estallaron tras el verano de 2001, cuando abandonaron sus cargos dos de sus fundadores, Ángel Jiménez y Jesús Franco, que poseían entonces el 43% del capital. Al mismo tiempo, también salió Juan Carlos López, un socio no fundador que contaba con una participación del 10% en Inversiones Avanzadas en Tecnología de la Comunicación, la sociedad holding del grupo, en torno a la que se organizan 13 empresas.
Los otros dos socios fundadores y actuales presidente y vicepresidente de Novasoft, Francisco Barrionuevo y Juan José Fajardo, que en ese momento corrían el riesgo de perder el control de la sociedad, reaccionaron rápido. En septiembre sellaron un acuerdo con Ángel Jiménez y Jesús Franco y, en contrato público, se comprometieron a pagar a cada uno de ellos 649.000 euros por el 13,5% de su participación.
El contrato obligaba a Jiménez y Franco a dejar sus cargos ejecutivos como director de operaciones y responsable de sistemas, respectivamente, y a no competir en el sector de la informática sanitaria en dos años. También renunciaban a cualquier derecho sobre propiedad intelectual.
Según lo estipulado en aquel acuerdo, en noviembre de 2001 debería haberse ejecutado el primer pago y en abril de 2002 el segundo, pero no fue así. Y el pasado mes de junio se presentó en el Juzgado de Primera Instancia número 9 de Málaga una demanda contra Francisco Barrionuevo y Juan José Fajardo por incumplimiento de contrato.
Mientras tanto, la cúpula de Novasoft selló otro acuerdo con el tercer socio en disputa, Juan Carlos López, para recomprarle su participación del 10%, lo que les permitía hacerse con el control de Novasoft.
El presidente del grupo, Francisco Barrionuevo, ha reconocido que existen discrepancias entre los socios fundadores de Novasoft, si bien, ha matizado que 'es un problema de unos socios que han decidido irse de forma voluntaria, tras una nefasta gestión', pero esta situación 'en ningún caso afecta a la empresa, que se halla ahora inmersa en un proceso de ampliación de capital para dotar a la compañía de fondos suficientes para seguir su expansión'.