Los operadores postales privados se fusionan para hacer frente a Correos
Las principales empresas españolas de envíos postales se han puesto de acuerdo para constituir una sociedad única, denominada Unipost, que contará con una facturación de 120 millones de euros y 5.000 empleados, según su director general en Madrid, José Luis Sánchez.
La creación de Unipost, que coincide con el fracaso de Vía Postal en el mercado, se fundamenta en dos pilares básicos, la necesidad de hacer un frente común contra el gigante Correos y la necesidad de establecer una estructura única que favorezca la situación económica de cada una de las empresas que la forman en situación de crisis. 'æpermil;stas tendrán mayor respaldo jurídico y económico para defenderse de la presión que ejerce Correos sobre ellas ', señala Sánchez.
De momento, la nueva sociedad sólo araña el 7% del mercado que copa Correos en envíos (cartas, certificados y publicidad de empresas), pero su responsable estima que con la fusión 'podrá reducir costes de gestión y optimizar resultados'.
El principal accionista será el grupo Suresa, con sede en Barcelona y 27 años de antigüedad, que aportará el 80% del capital. De hecho, Alejandro Silva, su director general, será uno de los máximos responsables de la nueva sociedad, que parte con un capital social de dos millones de euros. Suresa tiene 542 empleados y factura 33 millones de euros al año.
La compañía de envíos postales con sede en Barcelona, integrará al mismo tiempo a otra de sus compañías en propiedad, Post Exprés, que cuenta con unas ventas cercanas a cinco millones de euros.
Urbandisa, ubicada en Aragón, y la valenciana Flecha también participarán del accionariado de Unipost y estarán representadas por sus directivos, Luis García y Antonio Verdejo, respectivamente.
Más de 100 empresas
Una vez creada la sociedad, se integrarán los operadores postales catalanes Star Mail y Mail Way, especializadas en la distribución de cartas de grandes clientes y de campañas empresariales de publicidad. Pero, además, Unipost proyecta aglutinar a otras 23 pequeñas compañías repartidas por todo el territorio español que, a su vez, mantienen acuerdos con 110. La forma de fusionar estas empresas no está todavía definida, aunque Sánchez baraja adquirir la mayoría de ellas y establecer contratos de franquicia con el resto.
Para operar desde Madrid, los responsables del proyecto de Unipost tenían pensado incorporar a Dicorma, empresa del sector de larga trayectoria en envíos postales. Sin embargo, su reciente quiebra hizo modificar los planes. 'Creamos una empresa, Unipost Madrid, que tuviera presencia en la capital para competir con Correos antes de poner en marcha la sociedad anónima'. En la actualidad, la plantilla de Unipost en Madrid cuenta con 475 trabajadores.
Hasta ahora, las diferentes empresas funcionaban de forma individual desde cada punto del territorio, aunque trabajaban mediante acuerdos entre ellas para el reparto de los envíos.
La idea de fusión entre las empresas privadas para hacer frente a Correos nació hace varios años, sin embargo, dicen en Unipost, 'circunstancias externas retrasaron el proyecto'. Una de ellas fue la aparición en el mercado de la compañía Vía Postal, presidida por Luis Sans. æpermil;ste intentó sin éxito integrar las principales compañías de envíos postales privadas. La marcha de sus accionistas, Banco Popular, IBV y Azkar y la falta de liquidez dio al traste con el proyecto y con el empleo de más de 1.500 trabajadores.
Una liberalización ficticia, según el sector
La actividad de Unipost se centra en la recogida y distribución de cartas, normalmente de empresas y entidades financieras dentro de un municipio. Los integrantes de Unipost se quejan de 'perder clientes a raíz de la ley de 1998. æpermil;sta prohíbe los envíos interurbanos de menos de dos kilos que antes muchos de los operadores realizaban'. El sector postal privado considera que la liberalización de Correos no es real, y sólo 'asistimos a una remonopolización de la actividad'. Este hecho, unido a 'las prácticas no adecuadas de Correos, hace difícil trabajar. La competencia desleal en precios que establece la sociedad estatal con algunos clientes y su situación de privilegio complican aún más la situación', explican. A esta circunstancia se añade la caída de la inversión en publicidad por parte de las empresas provocada por la crisis económica. 'Por todas estas razones, las empresas privadas ven necesaria su fusión', apuntan.