Los expertos sugieren al Gobierno que reactive la economía con más inversión
Los economistas privados ven el panorama económico con menos optimismo que el Gobierno: 2,5% de crecimiento para 2003 (en lugar del 3% previsto por el vicepresidente segundo, Rodrigo Rato) y una inflación que seguirá superando la barrera del 3%. Esto, en el mejor de los casos. Si hay guerra en Irak y se disparan los precios del petróleo, la situación sin duda empeoraría.
Ante esta coyuntura, los expertos creen que el Gobierno debe dar un impulso adicional al crecimiento con más inversiones públicas, sobre todo en infraestructuras, e incentivos fiscales que animen la inversión privada (en especial en bienes de capital). 'Tenemos margen de maniobra en materia fiscal y probablemente es el momento de usarlo', señala Miguel Sebastián, director del servicio de estudios de BBVA. El economista reconoce que sería preciso analizar en profundidad 'qué pasa con una política fiscal más expansiva en términos de inflación'.
Emilio Ontiveros, consejero delegado de AFI, también cree que 'éste sería un buen momento para pedir al Gobierno que utilice todo el margen de maniobra fiscal del que disponga' para impulsar el crecimiento, sobre todo para incentivar la formación bruta de capital.
Ontiveros no entiende 'la obsesión por la numerología del Gobierno español' en lo referente al déficit cero. Y no cree que los mercados estén premiando el esfuerzo de España en materia de equilibrio presupuestario: 'Los mercados le están dando el mismo tratamiento (a España) que a países que han decidido no sacrificar el bienestar económico de sus ciudadanos' en aras del déficit cero, como 'Alemania, Francia, Italia o incluso EE UU'.
Sebastián lo explica utilizando la metáfora del 'pasajero sin billete', que en este caso serían los países de una unión monetaria que incumplen sus compromisos de rigor fiscal porque confían en que ello no tendrá consecuencias.
El único que paga billete
Tal y como están las cosas, señala, 'podemos encontrarnos con que España es el único viajero que paga el billete' del déficit cero dentro de la Unión Monetaria Europea. 'Y siempre interesa tener un margen de maniobra fiscal para hacer frente a los shocks económicos'.
Ángel Laborda, director general del gabinete de coyuntura y estadística de Funcas, está convencido de que el Gobierno ya está incentivando la economía más de lo que reconoce oficialmente: 'Creo que se está gastando más de lo que aparece en los Presupuestos y que la política fiscal es más expansiva de lo que parece'. Con lo cual no tiene claro que el Gobierno cuente con demasiado margen de maniobra para incentivar más el crecimiento económico. David Vegara, director general de InterMoney, cree que 'si hay margen de maniobra en política fiscal, hay que utilizarlo', pero reconoce que no tiene elementos para valorar si ese excedente existe o no.
En lo que coinciden los expertos es en que es necesario promover sobre todo la inversión pública en infraestructuras y la formación bruta de capital privado. En cuanto a la fiscalidad, Sebastián apuesta por una reforma del IRPF aún más profunda, 'que no sólo contribuya a un mayor consumo, sino también a promover el ahorro con efecto a largo plazo'.
Los expertos ven con preocupación los signos de agotamiento de los pilares sobre los que se ha asentado el crecimiento en los últimos años, como la construcción y el turismo. Pero no creen que la situación sea grave: 'Las cosas no están tan mal', señala Ontiveros, 'si tenemos en cuenta que, a pesar de las debacles ocurridas desde el 11 de septiembre o desde marzo de 2000, estamos hablando de si creceremos un 2% o un 3%'.
Vegara, un economista que ha mantenido posiciones bastante pesimistas en los últimos años, asegura que 'no vamos hacia una debacle' porque ni Europa ni España muestran desequilibrios estructurales importantes.
Los principales elementos de preocupación son la desaceleración de la actividad en sectores claves, el desplome de las inversiones en bienes de equipo, la presión al alza de los precios y el modesto aumento de productividad de una economía que corre peligro de perder competitividad respecto a sus principales socios y ve estrecharse poco a poco su diferencial positivo de crecimiento respecto a la UE.
Todo ello, con unos tipos de interés reales negativos. 'Habría que ver qué tipos de interés tendría el Banco de España con una inflación del 3,6%', anota Laborda. 'Probablemente, un 6%'.