El regulador de EE UU, obligado a pagar más a sus funcionarios
La agencia que regula los mercados financieros de Estados Unidos (SEC en sus siglas inglesas) ha reconocido que el salario de sus funcionarios se ha disparado desde que estalló la crisis de Enron. El presidente de la SEC, Harvey Pitt, pidió para sus empleados un aumento de sueldos con el fin de atraer y conservar empleados, al tiempo que la agencia se encargaba de un número sin precedente de casos de estafa.
Pitt distribuyó 25 millones de euros valiéndose de una fórmula que toma en cuenta la sede en la que los empleados trabajan. El aumento de sueldo colocó a muchos empleados en la categoría de trabajadores senior, aquellos que ganan más de 130.000 euros anuales.
Sin embargo, la SEC corre ahora el peligro de perder a buena parte de sus trabajadores antes del mes de noviembre.
Según las normas éticas del funcionariado de EE UU, ningún empleado senior puede actuar como abogado o representante de una compañía ante el regulador hasta pasado un año de su marcha. La SEC consiguió de las autoridades en materia de ética una exención sobre esta norma que expirará el 29 de noviembre.
Esta exención implica que muchos altos funcionarios pueden abandonar en breve su puesto en la SEC para evitar las restricciones. Asimismo, las firmas, conscientes de que estos funcionarios conocen a la perfección los entresijos del regulador, pueden lanzar suculentas ofertas antes de la fecha límite. La SEC ha pedido que a los empleados que entraron en la última hornada se les exima de las restricciones para evitar una fuga de talentos.