Duisenberg prevé un crecimiento 'modesto' y deja los tipos en el 3,25%
La debilidad de la inversión está dañando la demanda interna de los Doce y 'las bruscas caídas en los precios de las acciones están teniendo efectos negativos en la confianza de los consumidores y los inversores'. Como consecuencia, 'la fortaleza de la recuperación económica es ahora más incierta, tanto dentro como fuera de la zona euro'.
Duisenberg confía en que el consumo privado de la zona euro repunte gracias a un declive de la inflación y un aumento de los ingresos reales disponibles. Además, la inversión debería verse impulsada al alza 'por los bajos tipos de interés nominales y de mercado'. Y el BCE 'espera que continúe la recuperación gradual de la economía global'.
Sin embargo, todavía hay 'riesgos en el panorama económico, tanto dentro como fuera de la zona euro' que 'deben ser vigilados de cerca'. Entre ellos destaca la inflación, que puede verse impulsada al alza por el repunte en los precios del petróleo pero al mismo tiempo se ve moderada por la apreciación del euro.
El IPC de la zona euro se situó en agosto en el 2,1% (dato provisional) y Duisenberg anotó ayer que 'para que se coloque por debajo del objetivo del 2% en 2003, como proyectan la mayoría de las previsiones, es crucial que no se dispare el precio del petróleo y que prevalezca la moderación salarial'.
El petróleo ya ha empezado a subir ante la perspectiva de que EE UU decida atacar Irak. Una ofensiva que, según Duisenberg, tendría consecuencias 'impredecibles' sobre la todavía languideciente reactivación económica mundial. El banquero se sumaba así al aviso lanzado por otros dignatarios europeos como el ministro alemán de Finanzas, Hans Eichel.
El escenario más probable en materia de PIB real es un crecimiento 'modesto' en la segunda mitad de este año, aunque para 2003 los Doce podrían alcanzar 'su potencial de crecimiento' no inflacionario (estimado en torno al 2,5%).
Duisenberg se refirió ayer también a las inundaciones que azotaron Europa Central y del Este a principios del verano. El banquero confía en que el impacto económico de las riadas sea 'limitado' y de 'poca duración'. El crecimiento real del PIB 'puede verse frenado levemente' pero las inversiones necesarias para la reconstrucción supondrán un estímulo adicional al crecimiento en el futuro.
Duisenberg reconoce que este desastre natural 'debería llevar a una revisión de las prioridades y a la reubicación de gastos'. Sin embargo, insiste en que los países con una balanza fiscal saneada deben 'salvaguardar sus logros' y los que siguen teniendo desequilibrios deben 'evitar déficit que superen el 3% del PIB y poner en marcha políticas que permitan mantener y reforzar la confianza en la zona euro'.
Interpretación flexible
El secretario de Estado español de Asuntos Europeos, Ramón de Miguel, también declaró ayer en Madrid que todos los socios de la Unión Económica y Monetaria (UEM) deben hacer 'los máximos esfuerzos' para respetar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Sin embargo, se mostró dispuesto a aceptar una 'interpretación' del pacto 'para ayudar a los países que tengan alguna dificultad'.
De Miguel hizo estas declaraciones en una conferencia de prensa conjunta con la ministra francesa de Asuntos Europeos, Noelle Lenoir. Francia, Alemania, Italia y Portugal son los países de la zona euro que atraviesan mayores dificultades para cumplir sus compromisos de reducción del déficit público.