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Antecedentes

La guerra de 1990 provocó una caída bursátil del 20%

'Las guerras del petróleo no son buenas para los mercados de valores'. Así titulaba Salomon Smith Barney su informe de estrategia semanal. Tanto la guerra del Yom Kipur, en 1973, como la Guerra del Golfo, en 1990, provocaron descensos bursátiles que rondaron el 20% y que, además, se vieron acompañados de violentas subidas en el precio del crudo. En ambos casos, la economía de EE UU sufrió una recesión y la confianza del consumidor cayó. Las guerras no suelen afectar mucho a los mercados, pero la cosa cambia cuando la región caliente es el principal productor de petróleo del mundo.

Salomon matiza que tanto la Guerra del Golfo como la del Yom Kipur fueron conflictos inesperados, no como esta guerra que piensa llevar a cabo George Bush hijo. Y los mercados reaccionan de forma más agresiva cuando son pillados por sorpresa. Pero a los mercados no les gustan ni los choques ni la incertidumbre. 'En un momento como éste, muy delicado para la economía y las Bolsas, esta incertidumbre adicional no ayuda', afirma el banco, aunque también recuerda que, en 1991, las Bolsas se recuperaron al poco de iniciarse la campaña militar estadounidense contra Irak.

En las últimas sesiones, las Bolsas, y sobre todo el mercado de crudo, han empezado a cotizar una posible guerra, vista la ofensiva diplomática desplegada por EE UU para convencer a sus aliados y la acumulación de suministros militares a la zona.

Según Salomon, el principal daño a los mercados se causa a través del aumento del precio del petróleo. Si, como ocurrió en 1990, el precio del crudo se duplicase sobre el mínimo, llegaría a 35 dólares, el mismo que a mediados de 2000. Pero el hecho de que no haya sorpresa y el compromiso de la OPEP de mantener producción pueden moderar la subida. Según la UE, una alza de 12 dólares por barril resta 0,2 puntos de crecimiento del PIB y añade un 0,7% de inflación.

Sectores recomendados

Basándose en las experiencias precedentes de conflictos bélicos en Oriente Próximo, Salomon concluye que los valores defensivos (farmacia, distribución, eléctricas) se comportan mucho mejor que los cíclicos (materias primas, construcción, automóvil). El sector petrolero fue, en la caída posterior a la invasión de Kuwait por Irak, el que menos retrocedió dentro del Euro Stoxx.

En el entorno actual, otros perjudicados serían las aerolíneas, un sector del que Salomon aconseja mantenerse alejado; la industria aerospacial; los hoteles, y medios de comunicación. Defensa, obviamente, se beneficiaría.

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