España reestructurará la mitad del viñedo para equilibrar el mercado
En el mercado vinícola español, la oferta y la demanda se dan de bruces. La primera no hace más que aumentar cada año, salvo campañas excepcionales; la segunda permanece sorda ante el estrépito productivo y si bien dinamiza un poco los caldos de calidad, recela cada vez más de los de mesa: en definitiva, el consumo per cápita ha caído de 35 a 30 litros desde 1998. Además, la exportación está plana y los precios son los mismos que hace 25 años, sostienen los productores (el 60% de la cosecha vinícola se está vendiendo por debajo de los costes de producción).
Por tanto, para adecentar este escenario, el sector lleva reuniéndose todo un año hasta alumbrar un plan estratégico cuyos aspectos menos conflictivos entrarán en vigor tras la Conferencia Sectorial de Agricultura del próximo 30 de septiembre.
Y sobre los más conflictivos, el ministro Miguel Arias Cañete ya va preparando a los productores: 'Tendremos que adoptar algunas medidas que pueden ser impopulares', para afrontar el exceso de producción, anunció en agosto.
Se refiere el ministro a una limitación de rendimientos por hectárea inspirada en los estudios que sus asesores le ponen sobre la mesa, donde se concluye que a partir de 2006 habrá unos excedentes anuales de ocho millones de hectolitros, es decir, casi un tercio de la producción.
El sector vitivinícola considera este plan estratégico demasiado laxo para tan acentuada crisis y exige medidas más resolutivas. En primer lugar, no entiende por qué las Administraciones no se empeñan en eliminar las hectáreas ilegales e irregulares de viñedo, en parte causantes de los incrementos productivos y que, según cálculos oficiosos, pueden superar las 100.000 hectáreas.
En segundo lugar, consideran prioritaria una ampliación de los planes de reestructuración del viñedo, desde los 7 años actuales a 10, para que sean reconvertidas 300.000 ha. El sector considera que frente a las pretensiones de limitación productiva que planea el ministerio, habría que acudir a arranques o a abandonos temporales.