Japón se desploma por el miedo a una crisis bancaria
Los expertos más agoreros, últimamente sobrados de trabajo, han puesto ahora sus miras en Japón. El Nikkei regresó esta semana a los niveles más bajos en 19 años, y perdió la cota de los 9.500 puntos. Los mercados nipones están hundidos antes la perspectiva de un agravamiento de la deflación.
Algunos van más allá y ponen en duda la solidez de la banca nipona. Caídas adicionales en el índice Nikkei podrían poner en peligro, de este modo, la solvencia del sistema bancario nipón, pues podría dejar de cumplir el ratio del 8% de recursos propios sobre activos establecido por el Banco Internacional de Pagos de Basilea.
Mientras tanto, crecen las expectativas de un nuevo paquete de estímulo económico por parte del Gobierno de Koizumi. Ello incluiría una inyección de capital en el sistema bancario. Pero los mercados son muy escépticos, dada la ineficacia de las medidas antideflacionistas tomadas durante los últimos años.
No obstante, señalan los analistas, sin ningún tipo de soporte por parte de las autoridades, hay un peligro añadido si la situación de la banca nipona se agrava. El colapso en los mercados de valores japoneses puede llevar a nuevas reducciones del riesgo por parte de los inversores, tirando a la baja del yen y de la deuda nipona y, en definitiva, profundizando la deflación.
Alerta de Moody's
En este contexto se enmarca el informe emitido a mediados de semana por la agencia Moody's. En él se alertaba de que Japón tendrá que recapitalizar la banca a través de impuestos, pues tienen cada vez menos capacidad para absorber pérdidas tanto en su cartera industrial como en la de créditos.
'Hasta los bancos más importantes tienen fundamentos débiles', asegura la agencia de calificación de riesgo, 'el apoyo continuado de las autoridades resulta crítico'. Así, el Gobierno retiró un plan para eliminar los seguros sobre los depósitos. 'Quitar la seguridad del sistema bancario a estas alturas podría haber precipitado el pánico. El sistema no puede soportar un cambio dramático en el sentimiento del ahorrador', asegura Moody's.