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Automoción

Toyota se asocia a una empresa local para fabricar coches en China

Con este paso, Toyota espera recuperar parte de la delantera que le llevan otros grupos, como el alemán Volkswagen, que producen en el país asiático desde hace años. El objetivo del acuerdo es fabricar y vender entre 300.000 y 400.000 vehículos al año para 2010.

El acuerdo firmado en Pekín por el presidente de FAW, Zhu Yanfeng, y el de Toyota, Fujio Cho, contempla la fabricación de turismos de tamaño medio y grande, minivehículos y todoterrenos deportivos, conocidos por sus siglas en inglés SUV. Con una meta: instalarse en un mercado, que si hoy aún es irrisorio comparado con el tamaño del país, crece a un fuerte ritmo. En 2001 se vendieron en China 2,35 millones de coches, autobuses y camiones, lo que representa un incremento del 12,7% respecto al año anterior, mientras que en otras grandes potencias económicas como Japón y Estados Unidos se comercializaron 5,94 millones y 17,2 millones, respectivamente. Pero con unas cifras que fueron a la baja: un 0,5% y un 1,3%.

Los analistas estiman que para 2025, China, que actualmente ronda 1.300 millones de habitantes, se habrá convertido en el mayor exportador de automóviles del mundo. Y ningún fabricante quiere quedarse fuera de juego. Para ello se están preparando antes de que el mercado eclosione, una eclosión que corre el riesgo de convertir en imposible el tráfico en ciudades como Pekín, donde las grandes avenidas que cuadriculan la capital están atestadas de coches casi a cualquier hora del día.

Pero el nivel de motorización del país, cuya economía crece un ritmo del 7% anual, aún es muy bajo, y los grandes grupos extranjeros quieren suplir en este país la morosidad de sus propios mercados, aunque no prevén lograr grandes beneficios hasta finales de esta década.

Competidores

General Motors y sus socios chinos venderán alrededor de 250.000 vehículos en China este año, y Volkswagen, que desde 1984 fabrica en Shanghai con SAIC (Shanghai Automotive Industry), otro de los grandes fabricantes locales, prevé llegar a 400.000, un 21% más que en 2001. Esta cifra representa más del 8% de sus ventas totales. El grupo alemán ha invertido 2.800 dólares en el proyecto desde el inicio y prevé destinar otros 2.300 millones durante los próximos cinco años. Mientras tanto, el segundo productor del mundo, Ford, y el tercero, Toyota, están dando sus primeros pasos.

Toyota, que ya fabrica autobuses en China, prevé que las primeras unidades de un turismo con su marca salgan de las cadenas de producción de la ciudad costera de Tianjin el mes que viene. Su tardío comienzo en el país se debe, en buena parte, a que a principios de los años ochenta optó por concentrar sus esfuerzos en EE UU en vez de participar con un socio local en la construcción de una planta en China, como le propuso el Gobierno. En 1996 creó una empresa mixta con Tianjin Automotive Industry (TAIC). En junio pasado, tras la mala evolución de su filial Tianjin Automotive Xiali, TAIC decidió venderle la mayoría del capital a FAW.

El acuerdo rubricado ayer entre FAW y Toyota se produce en un momento en el que los fabricantes chinos se encuentran sometidos a una fuerte presión, como consecuencia de la reciente entrada del país en la Organización Mundial de Comercio (OMC). A principios de este año, China recortó los impuestos a que se ven sometidos los coches importados de entre el 70% y el 80% a entre el 43,8% y el 50,7%. Las ventas de vehículos de importación han crecido un 33,6% en China en el primer semestre de este año, hasta 51.890 unidades. En todo 2001, la cifra ascendió a 72.000.

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