La innovación, un valor de futuro
La industria del medio ambiente mueve cada año en España cerca de 10.000 millones de euros y emplea a casi 250.000 personas. Sin embargo, el crecimiento exponencial, anunciado en los noventa, no se ha producido tal y como se preveía.
Esto se debe principalmente a que el factor medio ambiente sigue todavía supeditado al desarrollo normativo que se orienta sobre todo a la corrección de los efectos producidos por las actividades humanas -depuración de aguas y recogida de residuos, especialmente-.
En los próximos años, los aspectos técnicos de las actividades ambientales empresariales dejarán paso al medio ambiente como factor de innovación. Un concepto muy atractivo que promueve aprovechar el doble dividendo que provoca la mejora ambiental sobre el diseño de productos y procesos: ahorro sustancial de costes y protección de recursos escasos.
En Europa, estas medidas irán acompañadas de reformas fiscales, como la que ha tenido lugar en Alemania, donde se ha puesto en marcha una serie de medidas dirigidas a aumentar las cargas fiscales sobre el uso de los recursos a costa de rebajar las cargas impositivas sobre los trabajadores. Con ello se potencia, a un tiempo, el uso eficiente de los recursos y el empleo. Otras medidas que se prevén son la inclusión de criterios ambientales en las compras públicas y la ampliación de la responsabilidad ambiental de los productores.
Se espera que todo ello suponga ver el medio ambiente como un factor incentivador de la diferenciación y la competitividad, lejos de sentirlo unos como amenaza y otros como una simple herramienta de marketing.