Brasil y Argentina afrontan una semana clave en la negociación con los bancos
Previsiblemente, el FMI hará llegar hoy al Gobierno de Eduardo Duhalde su posición respecto a los compromisos financieros asumidos por el país como base para negociar un plan de asistencia financiera. El cuadro macroeconómico descrito por el Gobierno en el borrador de la carta de intenciones parte de un supuesto de superávit fiscal para final de año de millones de dólares, lo que a la vista de la ejecución presupuestaria hasta julio resulta irrealizable.
Pero el principal problema en las negociaciones es la falta de soluciones al corralito financiero que tiene atrapados depósitos millonarios desde el pasado diciembre. El corralito ha agravado la crisis económica y social del país, pero la fuga de depósitos que sufría la banca hubiera supuesto la quiebra del sistema financiero y, con ello, del país.
Por si la situación no fuera lo suficientemente complicada, el Gobierno ha puesto contra las cuerdas a la banca, y en particular a la extranjera, al permitir al Senado aprobar una ley que obliga a las entidades a transferir el 2% de los depósitos a los sindicatos bancarios y otra por la que las casas matrices deberían responder con su patrimonio de los depósitos de sus filiales.
Leyes controvertidas
Asimismo, el Congreso ha aprobado dos leyes que prorrogan la imposibilidad de ejecutar las hipotecas no cobradas y de indexar los depósitos para recuperar parte de la depreciación provocada por la devaluación del peso.
Algunos bancos extranjeros ya han advertido que en esas condiciones no podrían operar en el país y liquidarían sus activos. Para el Gobierno y el partido en el poder, el Justicialista, este escenario les permitiría abrir el corralito, con el consiguiente rédito de cara a las elecciones presidenciales de marzo de 2003.
El Gobierno ha convocado una nueva reunión para el miércoles, tras el encuentro celebrado el pasado jueves sin avances. Entre tanto, confía en que el Fondo aplace el pago de los vencimientos por 2.700 millones programados para septiembre y ganar tiempo para negociar un posible acuerdo más amplio.
El Gobierno tiene abierto otro frente en el Banco Central (BCRA). El Ministro de Economía, Roberto Lavagna, desmintió ayer los rumores sobre la salida del titular de la entidad monetaria, Aldo Pignanelli, por discrepancias con él. 'Que yo sepa, Pignanelli va a seguir', señaló Lavagna. El directorio del BCRA tiene previsto reunirse hoy y se espera que en el encuentro Pignanelli defina su posición, informa Efe.
La situación brasileña, por el contrario, ofrece perspectivas más favorables. El ministro de Hacienda, Pedro Malán, y el presidente del Banco Central, Armínio Fraga, se reúnen hoy en Nueva York con representantes de la banca extranjera con intereses en el país. La reunión ha sido auspiciada por la Administración estadounidense y se celebrará en la sede de la Reserva Federal de Nueva York. Algunos bancos, como el español SCH, ya han expresado su intención de mantener el crédito abierto a las empresas, lo que puede resultar determinante para evitar un agravamiento de la crisis.
El Banco Central, por su parte, empezó a recomprar el pasado viernes títulos de deuda pública con vencimientos en 2003 por importe de casi 3.000 millones de reales (990 millones de euros). Hasta ahora, la entidad se había visto obligada a canjear títulos a medio plazo por otros a corto, ante la desconfianza de los inversores. Esa política había agravado los vencimientos del primer semestre de 2003, justo con el nuevo Gobierno tomando posesión, lo que había disparado la prima de riesgo del país y presionado a la baja la divisa.