El sector del mármol de Macael duplica las ventas en cinco años
El sector del mármol de Macael (Almería) estuvo a punto de sucumbir a la crisis de inicios de los noventa, endeudado hasta los ojos, sin apenas demanda por la crisis de la construcción y condicionado por una exigua gama de productos que se limitaba al clásico mármol blanco macael.
Pero en la segunda mitad de la década, la cosa empezó a cambiar. Con el apoyo técnico y económico de la Junta de Andalucía, las empresas iniciaron un proceso de inversiones para mejorar sus procesos y capacidad productiva, diversificar sus productos y apostar por la búsqueda de mercados sin tener que esperar a los pedidos de las constructoras.
En los últimos cinco años las casi 200 empresas que operan en la zona han invertido 213 millones de euros y la producción ha aumentado desde el apenas millón de toneladas de 1996 hasta los 2,2 millones del ejercicio pasado. Como consecuencia, las ventas se han multiplicado por dos desde 1997, espoleadas por el auge de la construcción. El año pasado el sector facturó 481 millones de euros.
Según el director de mercadotecnia de Cosentino, Santiago Alfonso, la principal compañía de la comarca, con casi 140 millones de ventas en 2001, el despegue del sector no ha sido sólo fruto de la buena coyuntura económica. 'El crecimiento se ha producido a todos los niveles. Las empresas tienen más capacidad productiva y están más tecnificadas, han diversificado sus productos y se ha mejorado mucho la comercialización', explica.
Si hace una década el mármol blanco monopolizaba la producción y las ventas, ahora las empresas cuentan con una extensa gama de variedades, que no sólo proceden de Macael y su comarca, y las compañías han apostado por la investigación y el desarrollo de nuevos productos.
Por ejemplo, Cosentino factura ya más con el silestone, un conglomerado a base de cuarzo patentado por la sociedad, que con el mármol. Otras empresas, como Tino Mármoles, han desarrollado líneas de mármol envejecido que comercializa con estructuras de distribución propias. 'Y también se ha potenciado un subsector de empresas de mármol artesanal que aportan mucho valor añadido al producto', añade Alfonso, 'y que están saliendo al exterior'.
Precisamente la exportación es el principal reto de futuro del sector, una vez consolidado su potencial en España, donde aglutina el 80% de la producción española de mármol, según el servicio de estudios de Cajamar.
Ya el año pasado las ventas al exterior doblaron las cifras del ejercicio anterior, con 90 millones de euros, pero su peso todavía no supera el 20% de la facturación global. De ahí que el sector esté apostando por la asistencia a ferias y misiones internacionales (China, Estados Unidos) para incrementar su presencia exterior como ha hecho Cosentino, que casi equilibra las ventas nacionales y la exportación.