La Seda rompe con la herencia de Akzo y adapta su última inversión
Grupo Seda modificará la última inversión que realizó Akzo en 1989, acabando con la herencia de su último socio tecnológico. La compañía textil ha contratado a la ingeniería Zimmer para adaptar la planta de polimerización en continuo (CPU II) de la factoría de El Prat de Llobregat (Barcelona), inaugurada por la multinacional holandesa dos años antes de abandonar la empresa.
La CPU se construyó para realizar grandes tiradas de fibras, la tendencia común en el sector textil a finales de la década de los ochenta, antes de la penetración en masa de los competidores asiáticos. Ahora, la compañía presidida por Rafael Español ha diseñado un plan para que fabrique todo lo contrario: pequeñas series de fibras técnicas con propiedades contra el fuego y bacterias.
Estas modificaciones y la construcción de un secadero con capacidad para 50.000 toneladas para que produzca plásticos para botellas (PET) justificarán unas inversiones de 9,02 millones de euros en la factoría. El único centro que la empresa mantiene en El Prat cuenta con una capacidad de 55.000 toneladas de fibras y 115.000 toneladas de PET. Con la inversión planteada, la fábrica pasará a producir 180.000 toneladas de este tipo de plástico. La empresa prevé construir una planta de recuperación de PET en una segunda fase de inversiones.
Grupo Seda cuenta con una segunda factoría de fibras en Navarra. Inquitex se ha especializado en la producción de gamas de fibras para los sectores de automoción y alimentación. La compañía cuenta con una tercera factoría de bases químicas en Tarragona.