¿La nueva revolución?
La aparición inesperada en la escena de Internet pudo ser a nuestro mundo como la revolución francesa al moderno. Probablemente, la aparición del lenguaje HTML y la construcción en derredor de la World Wide Web, que hoy se nos antoja un concepto casi antediluviano, hayan sido para nuestro mundo como la revolución industrial. Pero ¿estamos ante una nueva y definitiva revolución con la creación libertaria de las redes sin hilos, ni dependencias comerciales, más allá de las que cada cual quiera crearse?
En responder a dicha pregunta anda metido todo comunicador reflexivo que se precie. Y no es cuestión baladí tanto en el terreno económico como en el sociológico, y no digamos ya en el cultural. Razón por la que nada mejor que traer a colación tal interrogante en un verano tan inesperado como predecible. Porque al igual que era evidente que la capa de ozono que nos iba dejando de embozar traería estos lodos que inundan la Europa Central, también sabíamos que Internet no podía quedarse al final en esta jungla de torcidos intereses comerciales y políticos en que parecía condenada a convertirse. Difícilmente alguien que nazca libre admitirá la esclavitud, ni mucho menos el encierro voluntario en jaulas de cristal.
Cuando intentábamos dilucidar por donde rompería la tercera de las cinco ondas libertarias de la Red, apareció una tecnología incipiente que respondía al anglosajón nombre de wireless, aunque haríamos mejor en llamarla comunicación inalámbrica, que, además de castellana, es denominación sobradamente descriptiva.
El caso es que el interés comienza a ser enorme por una tecnología al alcance de cualquiera, y que puede producir otro salto cualitativo y cuantitativo en todo lo relacionado con Internet.
Un nuevo canal de Iblnews (iblnews.com) recoge precisamente todas las noticias surgidas recientemente al respecto y que ya dan buena cuenta de las posibilidades que se abren ante nuestros ojos. Desde anuncios propios de la ciencia ficción, como el de dos ingenieros que trabajan en una tecnología que permite que una antena repetidora de bajo precio obtenga una señal de banda ancha, hasta los más cercanos, que nos hablan de récords de distancia como el logrado el 3 de agosto, cuando se logró realizar una videoconferencia, sin ningún tipo de amplificador, entre un ordenador situado en el mirador de Los Campitos en Santa Cruz de Tenerife y otro situado en la montaña de Gáldar de Gran Canaria a 54 kilómetros. El récord del mundo lo tiene la Universidad de La Frontera (www.ufro.cl) en Chile en 72 kilómetros, pero la Escuela Politécnica de Gandía quiere establecer un enlace de 100 kilómetros (www.gaips.upv.es/Pwireless.htm) desde Ibiza hasta la costa alicantina.
Como el mundo avanza solo, las redes libres como Madridwireless (www.madridwireless.net) y otras similares montadas en distintos puntos del territorio español, de Zaragoza a Granada, están mostrándose ya como una amenaza para el control de las comunicaciones por las grandes operadoras, que en EE UU han comenzado a mover ficha. Intel, IBM, AT&T... están planeando la construcción de una red nacional que haría posible que los usuarios de un ordenador portátil o de mano se pudieran conectar a Internet desde cualquier punto del país a bajísimo precio.
Estamos escribiendo aún el prólogo de lo que será una extensa e intensa narración.
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