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América Latina

Moody's rebaja la euforia en Brasil

El pasado jueves 8 de agosto el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció un acuerdo con el Gobierno de Brasil por el que se comprometía a conceder al país suramericano una ayuda financiera de 30.000 millones de dólares -10.000 millones más que lo que esperaba el mercado-. Además, el organismo multilateral rebajaba la cantidad mínima que Brasil tiene que mantener en reservas hasta los 5.000 millones de dólares. La noticia alejaba el fantasma de la suspensión de pagos y así lo entendieron los mercados. El real brasileño se apreció inmediatamente hasta los 2,92 dólares, el riesgo-país cayó hasta los 1.759 puntos básicos y el índice Bovespa escalaba hasta el nivel de los 10.315 puntos.

Una semana después, la euforia por el rescate financiero ha desaparecido y estos tres indicadores están incluso peor de lo que estaban antes del anuncio de la ayuda (el real brasileño cotiza cerca de los 3,13 dólares, la prima de riesgo supera los 2.000 puntos y la Bolsa brasileña se sitúa en torno a los 9.450 puntos). La agencia de calificación Moody's tiene buena parte de la culpa en el enfriamiento de las perspectivas de Brasil después de que el martes rebajase la calificación de la deuda de este país, hasta dejarla en los mismos niveles que la de Honduras. En concreto, Moody's recortó la calificación de los bonos y notas en moneda extranjera a B2 desde B1, y la de los depósitos bancarios en divisas a B3, desde B2, con una perspectiva a medio plazo de estable, lo que puede dificultar la refinanciación de la deuda que vence a corto plazo, como los 1.900 millones de dólares de esta semana.

A juicio de los analistas, Moody's se ha limitado a recordar a los mercados que el riesgo de crédito en Brasil se ha podido solucionar parcialmente con la ayuda del FMI, pero se mantiene el riesgo político y fiscal. Según el acuerdo firmado, Brasil no podrá disponer del 80% del paquete de ayuda hasta el próximo año, una vez que ya esté en el poder el nuevo Gobierno que salga de las elecciones presidenciales a celebrar el próximo mes de octubre. Además, el FMI concede la ayuda a Brasil con la condición de que, con independencia de quién sea el nuevo presidente, éste se comprometa a mantener un superávit público primario del 3,5% del PIB, algo que Moody's considera una tarea 'muy difícil'.

'Los últimos sondeos vuelven a ser un factor de preocupación para los mercados. El candidato del Gobierno, José Serra (el favorito de los mercados), pierde cada vez más terreno y se queda con el 11% de los apoyos. Ciro Gomes, con el 27%, y Lula da Silva, con el 33%, se consolidan en las primeras posiciones y se perfilan como los favoritos para la segunda vuelta. Ni Lula ni Gomes se han decantado todavía sobre qué política económica adoptarían en caso de ganar', explica José Luis Martínez, economista de Citigroup. Como el mercado entiende que Lula y Gomes, en caso de ganar las elecciones, pueden incumplir las metas fiscales pactadas con el FMI, los analistas vaticinan que los mercados brasileños y, consecuentemente, la Bolsa española, debido a la presencia de las grandes compañías del Ibex en este país, se moverán a golpe de sondeo y de declaraciones de los dos candidatos de izquierdas hasta que se celebren los comicios.

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