_
_
_
_
Futuro
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

'El efecto mariposa'

El mercado es un sistema tan complejo que se convierte en imprevisible. A pesar de las incertidumbres, Santiago Satrústegui cree que es ahora cuando más compensa invertir en acciones

De las muchas cosas que podían haber sucedido este agosto, una de las menos previsibles era que fuera a pasarse más de la mitad del mes lloviendo. Pero, ver para creer. Cuando los escaldados inversores habían conseguido distanciarse de sus preocupaciones y se habían propuesto coger fuerzas descansando bajo el sol, se han encontrado huyendo del agua fría, pero en este caso no en el sentido metafórico. Probablemente, desde su cobijo añorarán tiempos pasados en los que en verano hacía calor y la Bolsa era rentable en el medio plazo.

Fue precisamente un meteorólogo americano, Edward Lorenz, quien descubrió, casi por azar, que existen ciertas materias donde realizar predicciones precisas es imposible. Aun conociendo el valor de todas las variables y las reglas de comportamiento de todos los fenómenos, bastará con una mínima variación en alguna de las condiciones iniciales para que el resultado final sea completamente distinto.

Según la teoría del caos, el aleteo de una mariposa en Brasil podría generar un tornado en Texas. El sistema es tan complejo que se convierte en imprevisible sin que esto signifique que funciona de forma errática. Aunque lo haga ordenadamente, son tantos los ingredientes y la precisión inicial tiene que ser tan ajustada que es imposible meterlos todos en la coctelera en su exacta medida.

¿Afectan también las mariposas a los mercados?

Todo aquello que mueva a un inversor a invertir o a no hacerlo influye en los mercados. El famoso sentimiento del mercado no es nada más que el sentimiento agregado de todos los participantes o candidatos a participar en el mismo. Siendo tan imprevisible, ¿compensa invertir? Probablemente más que nunca, si sabemos para qué invertimos. El problema fundamental del mercado financiero respecto a otros mercados alternativos que disfrutan del mito de una mayor seguridad, léase inmuebles, es precisamente ser mucho más líquido y mucho más eficiente. La desconfianza actual tiene que ver con el vértigo que produce enfrentarse a las propias limitaciones después de haber creído durante un tiempo que éstas no existían.

Asumidas las restricciones de la condición humana, en los momentos actuales los mercados se convierten en una tremenda fuente de oportunidades. El que dude de ello que le pregunte a Warren Buffet a qué se está dedicando este verano.

La teoría de los mercados eficientes, en la que toda la información posible ya está descontada en los precios, llevada a su extremo aconsejaría no recoger del suelo un billete de 100 euros encontrado en la calle, ya que o es falso o alguien lo habría recogido antes.

Los problemas generados por la calidad de la información contenida en los estados financieros unidos a la imposibilidad metafísica de predecir el futuro que nos recuerda el efecto mariposa han llenado las calles de billetes que los inversores podrán ir recogiendo, aunque unos serán lo que parecen y otros no. El éxito vendrá determinado por ser capaces de anticipar la tendencia y de asumir solamente riesgos adecuados.

Los filósofos descubrieron hace bastante tiempo que el caos es fuente de vida mientras que el orden sólo lo es de hábito.

Archivado En

_
_