Las presiones de Hugo
Si algo caracteriza y define la gran maniobra oficial contra algunos magistrados del Tribunal Supremo de Justicia es el cinismo con que ha actuado el presidente Chávez. Públicamente conduce una campaña de desprestigio contra un grupo de magistrados que lo único que han hecho es expresar sus opiniones como expertos en materia jurídica, sobre un par de ponencias (...). Cuando la votación resultó adversa a los deseos presidenciales y se conocieron las argumentaciones en contrario de la mayoría de los magistrados, el presidente Chávez arremetió contra los integrantes del Tribunal Supremo, olvidando que de acuerdo con la Constitución los poderes se deben mutuo respeto (...). Hasta ahora (de Chávez) sólo tenemos demostraciones de su infinita incompetencia a la hora de gobernar el país y de su profunda ignorancia en los temas económicos e internacionales (...). Pero el gran problema para Chávez es que su público se ha vuelto internacional. Desde otros países, así como en la ONU y la OEA, están pendientes de lo que sucede en Venezuela (...). Para desgracia de Hugo, muchos Gobiernos y observadores del exterior le están haciendo un seguimiento a las continuas violaciones que, desde el Ejecutivo, se le hacen a la Constitución. Esto resulta muy grave para la imagen de nuestro país. Venezuela está comprometida con la Organización de Estados Americanos y con las Naciones Unidas en el sentido de no quebrantar las normas que modelan el establecimiento de un Estado democrático. Los sueños chavistas de imponer un régimen que privilegia las actuaciones autoritarias y cercena las libertades del ciudadano no van a ser aceptado por las instancias internacionales. Ahí no hay presiones que valgan.