Renovar el acuerdo de rentas, clave para el futuro del diálogo
La patronal y los sindicatos tendrán que evaluar por separado, a la vuelta del verano, el grado de cumplimiento del Acuerdo para la Negociación Colectiva de 2002, y en función de estos análisis deberán decidir conjuntamente en octubre si renuevan o no este pacto de salarios para los convenios de 2003.
De este nuevo acuerdo dependerá la decisión del Gobierno de abrir nuevamente el melón de la reforma de la negociación colectiva, para lo que seguramente contará con el apoyo de la patronal, cuyo presidente, José María Cuevas, se mostró recientemente partidario de volver a abordar la modificación legal de la estructura de los convenios, algo de lo que no quieren siquiera oír hablar los sindicatos.
Si CC OO y UGT se ponen de acuerdo en garantizar por escrito un año más de moderación salarial, el Gobierno podría volver a renunciar a reformar unilateralmente los convenios, aunque ni las centrales ni el Ejecutivo quieren pactar sin lograr nada a cambio, con lo que el futuro de las negociaciones es más bien incierto.
Estrategia sindical
Se trata por tanto de una decisión más bien de estrategia por parte de las centrales, ya que el Gobierno ha anunciado que la única reforma laboral pendiente es la de los convenios y, si deciden no firmar el acuerdo, lo más seguro es que decidieran acometerla en represalia por la actitud sindical.
La renovación del Acuerdo de Negociación Colectiva es una incógnita, máxime cuando los sindicatos ya han manifestado que, en su opinión, los empresarios están incumpliendo lo pactado al con controlar el incremento de los precios en niveles que no sean inflacionistas. Además, UGT y CC OO deberán analizar en profundidad la calidad del empleo creado, otro de los compromisos del acuerdo que según los sindicatos los empresarios tampoco están cumpliendo. También existe la posibilidad de que en la negociación para renovar este pacto se amplíen las materias a tratar, aplacando así la intención del Gobierno de modificar los convenios.