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Divisas

El euro cae por la debilidad económica y la perspectiva de rebaja de tipos en EE UU

El euro empezó ayer cotizando a 0,9782 dólares y no cesó de caer en toda la jornada. El Banco Central Europeo (BCE) fijó el tipo de cambio oficial en 0,9689, pero el fuerte repunte del dólar hizo que la moneda común europea cayera hasta los 0,9631 dólares en el mercado de Nueva York al cierre de los mercados en Europa.

El dólar alcanzó también los 121,13 yenes, el nivel más alto desde el 26 de junio. La divisa estadounidense, que a mediados de julio se cambiaba uno por uno con el euro, ha recuperado un 5% de su valor frente a las monedas europea y japonesa en las últimas tres semanas.

Los inversores reaccionan así a los persistentes signos de debilidad de la zona euro, que no termina de repuntar pese a que el Banco Central Europeo (BCE) mantiene los tipos oficiales en el 3,25% desde el mes de noviembre. Además, conforme pasan los días crece el número de bancos de inversión que creen que la Reserva Federal bajará de nuevo los tipos de interés para evitar que la economía de EE UU vuelva a caer en recesión. Todas las firmas de Wall Street que operan con la Reserva Federal ven, al menos, alguna posibilidad de que Alan Greenspan y su equipo bajen este año el precio oficial del dinero, que ya está al nivel más bajo en cuatro décadas (1,75%), tras proceder a 11 recortes consecutivos.

Goldman Sachs, Dresdner Kleinwort Wasserstein, Deutsche Bank y Lehman Brothers van todavía más allá y dan por seguro un recorte de tipos, que podría producirse como pronto la próxima semana (el consejo de la Reserva Federal se reúne el 13 de agosto).

Débil crecimiento

Según los últimos datos del Departamento de Comercio, la economía de Estados Unidos creció un modesto 1,1% durante el segundo trimestre, frente al 5% de los primeros tres meses del año. El Gobierno ha revisado, además, los datos del ejercicio 2001 para reflejar tres trimestres consecutivos de contracción del PIB, en lugar del único trimestre negativo reconocido hasta ahora.

La recesión de EE UU fue, pues, mucho más larga de lo que se pensaba hasta ahora. Y un número creciente de analistas creen que las perspectivas de mejora son lo suficientemente pobres como para justificar un nuevo recorte de tipos. Sobre todo si continúa la inestabilidad en los mercados bursátiles y se agrava la crisis de las economías latinoamericanas.

Sin embargo, por muy débil que esté la economía estadounidense, todo indica que seguirá creciendo más que la zona euro. El PIB de los Doce creció un minúsculo 0,3% en los primeros tres meses del año. La Comisión Europea augura un crecimiento del 0,3% al 0,6% en el segundo trimestre y la OCDE acaba de rebajar al 1,3% la previsión de aumento del PIB de los Doce para todo el ejercicio 2002.

La inestabilidad de los mercados está minando la confianza de consumidores y empresas europeos, y los datos de desempleo no cesan de crecer. Eurostat comunicó ayer que la tasa de paro subió en junio al 8,4%, el nivel más alto en dos años.

Además, las Bolsas europeas están sufriendo descensos incluso superiores a las de EE UU. Y el BCE tiene menos margen que la Reserva Federal para bajar los tipos de interés, porque las presiones inflacionistas siguen siendo demasiado fuertes. El IPC de los Doce lleva dos meses por debajo del objetivo oficial del 2% (en julio fue del 1,9% interanual), pero el BCE reconoce que será muy difícil mantener este logro hasta fin de año.

La autoridad monetaria europea ve con creciente preocupación el lento ritmo de crecimiento, pero también teme que las subidas salariales y la abundante masa monetaria en circulación empujen al alza el IPC. Ante esta disyuntiva, se ha atrincherado en la posición de 'esperar y ver' qué pasa con los indicadores (tanto de los Doce como de EE UU).

El BCE publicará este jueves un nuevo boletín mensual en el que podría rebajar las previsiones de crecimiento para los Doce. Hasta ahora, el equipo de Wim Duisenberg ha mantenido su previsión de que la actividad económica de los Doce repunte en el segundo semestre del año para cerrar 2002 con un crecimiento del 2% al 2,5% (lo que significaría alcanzar el potencial de crecimiento no inflacionario que se calcula a la zona euro).

Pocas pistas del BCE

Los expertos creen, sin embargo, que esta previsión es ahora demasiado optimista. En cualquier caso, los economistas no esperan que el boletín del BCE ofrezca demasiadas pistas sobre qué piensa hacer con los tipos de interés a medio plazo.

La última reunión del consejo de gobierno del banco se celebró por teleconferencia y sin rueda de prensa de su presidente, Wim Duisenberg. Con lo cual los analistas e inversores llevan más de un mes sin recibir indicaciones de la autoridad monetaria europea.

Los pronósticos para Alemania empeoran día a día

 

 

Alemania, país que representa un tercio del PIB de los Doce, no para de publicar malos indicadores económicos. Y hoy podría dar un nuevo disgusto si se confirman las malas previsiones en materia de empleo que han llevado a todos los analistas a pronosticar que a finales de julio el número de desempleados alemanes superará la barrera psicológica de los cuatro millones de personas (en junio había 3,95 millones de desempleados).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Esta sería una pésima noticia para el canciller alemán y candidato socialdemócrata para las próximas elecciones del 22 de septiembre, Gerhard Schröder, quien llegó al poder con la promesa de rebajar el número de parados a 3,5 millones de personas. A esta situación, hay que sumar la pérdida de popularidad sufrida por Schröder por culpa de la reforma laboral que encargó a una comisión presidida por el anterior responsable de personal de Volkswagen, Peter Hartz, quien ha diseñado un plan para crear un millón de empleos, con un coste de 150.000 millones de euros.

 

 

 

 

 

 

 

Pero además del mercado laboral, Alemania empieza a hacer aguas por otros frentes. Hoy se conocerán también los datos de pedidos a fábrica y las previsiones tampoco son buenas, ya que los analistas esperan una caída del 1,5% de este indicador.

 

 

 

 

 

 

 

Las ventas minoristas también continuaron cayendo en el mes de junio, cuando registraron un retroceso del 5,2% en términos interanuales y de un 2,2% respecto a mayo.

 

 

 

 

 

 

 

Pero las perspectivas negativas no paran ahí. El instituto alemán IFO se ha sumado recientemente a la lista de organismo que ha rebajado las previsiones de crecimiento de este país. Según su último informe, Alemania crecerá un 0,7% este año, en lugar del 0.9% previsto en abril por los seis grandes institutos alemanes. Para 2003 también ha rebajado el dato de crecimiento del PIB del 2,4% al 2,3%.

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