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Los últimos marcos alemanes van de rebajas

El marco alemán ha vuelto a la calle…. al menos durante las rebajas. Leipzig, una de las ciudades más importantes del este de Alemania, ha puesto en marcha una curiosa iniciativa para sacar a la luz los miles de millones de marcos que, según el Bundesbank, aún quedan en los hogares germanos. 30 comercios han aceptado el pago tanto en euros como en marcos alemanes durante la primera semana de las rebajas de verano.

El objetivo es captar nuevos clientes entre aquellos que aún dispongan de marcos y que no quieran desplazarse hasta las oficinas del Bundesbank para cambiar las viejas monedas y billetes.

Según los comercios participantes, la iniciativa es un éxito. 'En las primeras cuatro horas de negocio entraron unos 400 marcos en caja', afirmó Norbert Schiebel, dueño de una pastelería. El joyero Peter Deim se mostró igualmente sorprendido por la cantidad de marcos alemanes que aún quedan escondidos bajo los colchones y en las huchas. 'Una mujer de 90 años llegó con una bolsa llena de monedas', comentó.

Desde su puesta en marcha, el proyecto se ha desarrollado sin problemas y no se esperan acciones legales. 'El marco ya no es un medio legal de pago, pero puede seguir usándose si los comerciantes y los clientes están de acuerdo y se respeta el tipo de cambio', afirman en el Bundesbank. En los dos primeros días, sólo se ha registrado un incidente: en la joyería de Deim, una anciana quiso pagar con marcos de la antigua República Democrática Alemana, desaparecida en 1990.

Según el Bundesbank, aún quedan varios miles de millones de marcos alemanes en los bolsillos. 'El marco fue un símbolo del milagro económico alemán y representaba estabilidad y fortaleza', señaló Rainer Stühler, de la delegación del Bundesbank en Leipzig. Para Stühler, muchas personas no quieren desprenderse de sus marcos y desconfían del euro.

En otros casos, los ciudadanos tienen aún marcos alemanes en sus manos no por nostalgia, sino por pereza u olvido. Como en España, los ciudadanos alemanes ya sólo pueden cambiar sus viejas monedas y billetes en el Bundesbank y en sus filiales, aunque, eso sí, por tiempo ilimitado. Muchos aún siguen haciéndolo: según fuentes de esta entidad en Turingia y Sajonia, donde se encuentra la ciudad de Leipzig, unos 200 clientes cambian una media de 300 marcos, unos 150 euros, cada día. La iniciativa de Leipzig busca también reavivar el negocio en rebajas, tras las malas cifras del comercio minorista alemán en el primer semestre.

Según datos de la Federación del Comercio Minorista Alemán (HDE), la facturación del sector bajó un 4,7% en los primeros seis meses del año, por la débil situación económica y el temor al desempleo.

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