Las patronales catalanas buscan hueco en Madrid
La mayoría absoluta del Partido Popular y el consecuente abandono del papel de CiU como correa de transmisión, ha dejado huérfanas a las organizaciones que agrupan a los empresarios catalanes. Hasta marzo de 2000 el camino más corto para que una propuesta empresarial prosperase pasaba por los nacionalistas catalanes. æpermil;ste era el mecanismo que utilizaban habitualmente grupos de presión como el Círculo de Economía, el Círculo Financiero (vinculado a La Caixa) o incluso la Asociación Catalana de la Empresa Familiar (perteneciente al Instituto de la Empresa Familiar).
Las patronales, en especial Fomento del Trabajo, presidida por Joan Rossell, no necesitaban atajo dada su proximidad al PP, igual que su filial Cecot. Pimec-Sefes, aunque sin una adscripción ideológica tan definida, gozaba de buenas relaciones tanto con el Gobierno como con CiU.
En los últimos meses, no obstante, todos se han visto obligados a replantear su estrategia. Unos porque el Gobierno ya no asume todas las propuestas de CiU y otros porque, a pesar de su afinidad al PP, discrepan de la actual política del equipo de José María Aznar respecto a Cataluña.
Esta pérdida de influencia se ha dejado notar especialmente en materia de infraestructuras (posible retraso del AVE, negación de fondos europeos para la nueva línea del metro...), pero también en la Ley Financiera o, más recientemente, la reforma del subsidio de desempleo.
Ante esta situación, el Círculo de Economía ha sido el más atrevido al cambiar su estrategia. La repercusión estatal de su último informe sobre la tendencia centralizadora de la inversión del Estado ha animado al nuevo presidente, Antoni Brufau, a ir todavía más allá e incorporar a la junta miembros no catalanes: el ex ministro de Trabajo Manuel Pimentel y el director del Iese en Madrid, Juan José Toribio, entre otros.
Abanico ideológico
Actualmente, de los 1.350 socios de la institución, apenas 80 son de Madrid. Con esta apertura, el Círculo refuerza su imagen de institución independiente, ya que amplía el abanico ideológico de sus miembros. Entre sus ex presidentes están el ministro Josep Piqué, y el vicepresidente de Cementos Molins, Joan Molins (hermano del ex portavoz de CiU en el Congreso). Hasta hace una semana era miembro de la junta el profesor del Iese y ex secretario de Estado de Economía socialista Alfredo Pastor.
Todo lo contrario ha pasado en la Cámara de Comercio de Barcelona, que tras las últimas elecciones ha reforzado sus vínculos con la gran patronal. Aunque el presidente, Miquel Valls, dice querer aumentar el protagonismo de la institución dentro y fuera de Cataluña, su alianza con Josep Manuel Basáñez y Josep González (vicepresidente primero y segundo, respectivamente) resquebraja, según algunos, su independencia. Basáñez es vicepresidente de Fomento, mientras que González preside Pimec-Sefes y podría liderar también la nueva patronal de pymes resultante de la fusión con Fepime (integrada en Fomento).
Una voz unificada para las pymes
La voluntad de influir en Madrid tampoco es ajena a la fusión que preparan Pimec-Sefes y Fepime para representar con una única voz a las pymes catalanas. Así lo han reconocido el consejero jefe catalán, Artur Mas, o el de Economía, Francesc Homs, al auspiciar que puede facilitar la interlocución con el Gobierno. Aunque el tejido empresarial catalán está compuesto básicamente por pymes, éstas carecen de una plataforma única.
Pimec- Sefes es fruto de la fusión de dos patronales, una de ellas próxima a la órbita convergente (Pimec). Fepime, presidida por Eusebi Cima, está muy ligada al PP, como Fomento, de la cual depende. Su creación fue interpretado como una OPA hostil por parte de Pimec-Sefes. La incorporación de González a la Cámara, de la mano del tándem Valls-Basáñez, da el impulso definitivo a la fusión, que podría darse a conocer antes de fin de año.