Los colores de Villar Mir
El presidente de OHL atiende sus negocios desde cinco despachos, incluido el de su casa. Y hace gala de su austeridad al confesar que compró un edificio decorado en blanco y verde, los tonos de una de sus empresas, para no cambiar la decoración
Reparte su tiempo en cinco despachos, el de OHL, Fertiberia, Inmobiliaria Espacio, el colegio de ingenieros de Caminos, Puertos y Canales, y el que tiene en su casa. Por tanto, Juan Miguel Villar Mir, hombre que despliega en las distancias cortas una educación y un discurso exquisito, no desconecta. Asegura que a sus 70 años, aunque el chequeo anual le dice que tiene 10 menos, trabaja una media de 12 horas al día. Un tiempo de los fines de semana también se lo dedica a los negocios que creó en 1987, 'ya que hacen falta momentos de reflexión para tomar decisiones'. Y son el trabajo y la familia lo que ocupa su atención. 'Hace años hacía deporte, pero era malo en casi todo, así que ahora sólo paseo con mi mujer y nado de vez en cuando', explica desde su despacho de Fertiberia.
Para gestionar todas sus empresas sólo le hace falta un ordenador. Y eso, asegura, lo tiene resuelto. A través de una de sus filiales, Espacio Information Technology, desarrolla programas de informática industrial y, por tanto, 'no hemos pagado un duro a nadie por un programa informático'. Desde cualquier oficina controla todas las compañías. 'Soy un apasionado de la informática y de las nuevas tecnologías'.
El despacho que ocupa en Fertiberia está tal y como se lo adquirió a los anteriores propietarios, un pequeño banco que suspendió pagos hace cuatro años. 'Pensé que era adecuado porque es un edificio blanco con la moqueta en verde, que son los colores de la compañía'. Así no tuvo que invertir en decoración ni cambiar cortinas ni muebles de sitio. 'Es muy importante ser austero y dar ejemplo. Y a mí no me gusta despilfarrar el dinero', añade Villar Mir.
Trabaja rodeado de fotos familiares y de retratos que captan algún momento decisivo en su vida profesional. 'A eso se reduce mi vida, al trabajo y a la familia. Me he preocupado de tener unos hijos muy unidos y creo que he sabido motivarles en la preocupación empresarial'.
Resumiendo, Juan Miguel Villar Mir es presidente de OHL, ex vicepresidente de asuntos económicos del Real Madrid y ex ministro de Hacienda con el primer Gobierno de la monarquía. Sigue al pie del cañón en todas las empresas que componen el Grupo Villar Mir y no ha pensado en la jubilación. Sólo se ha retirado de su actividad como catedrático en la Escuela de Caminos, Puertos y Canales. 'Ha disfrutado mucho siendo profesor porque la mitad de los ingenieros de esta rama que hay en España han sido alumnos míos'. Y asegura que trabajar es la mejor medicina que existe, 'es sanísimo'.
Según Villar Mir, las cualidades más importantes que debe tener un directivo son capacidad de trabajo, perseverancia, constancia, no desfallecer nunca y espíritu de superación. 'Son los ingredientes fundamentales para el éxito'. Y añade que otra receta infalible es la estabilidad emocional. 'Hay que ser muy regular y constante en el modo de actuar, tanto en los momentos fáciles como difíciles. Tener buen o mal humor no debe perturbar la marcha de la compañía'.
Como consejo a los jóvenes directivos, y echando mano de su experiencia, Villar Mir señala que hay que tener un comportamiento ético, trabajar sin desfallecer y ser emocionalmente estable. 'También hace falta acertar, y para eso hay que mirar al futuro. El pasado no existe, hay que mirar al porvenir'. En cuanto a la ética, añade que en el mundo de los negocios es rentable. 'Puedes engañar una o dos veces, pero vivimos en un mundo pequeño y al final se impone el sentido ético'.
Las plumas, de recuerdo
Juan Miguel Villar Mir tiene como manía guardar de recuerdo todas las plumas con las que ha cerrado un gran negocio. También es un maniático del orden, 'creo que sé gestionar muy bien el papel'. En parte, porque trabaja directamente con el ordenador.
Su despacho de Fertiberia, asegura que el de OHL es mucho más moderno, es de corte clásico. Al lado de la mesa de trabajo tiene tres banderas, dos con los colores verde y blanco, de Fertiberia, y en el centro, la de España. Advierte que tiene la bandera de su país no por nada especial ni por ninguna vinculación a partido político alguno, sino por sentimiento de orgullo nacional de las empresas que dirige.