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Andalucía

Sevilla tendrá dos tecnópolis más ante el desacuerdo de los proyectos en liza

La pugna entre Sevilla capital y Dos Hermanas, el municipio más grande de los que lindan con la capital andaluza, quedará en tablas por la posición salomónica de la Junta, que ha dictado las condiciones que debe cumplir cualquier parque tecnológico pero que ha renunciado a seguir promoviéndolos a pesar de los éxitos cosechados por Cartuja 93 en Sevilla y el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) en Málaga.

Así, despejado el camino político, las dos partes se han animado a seguir con sus proyectos confiando en que habrá suficiente mercado como para que los dos parques tengan éxito, según indican fuentes municipales de Sevilla.

La conciliación ha resultado imposible porque los intereses de los Ayuntamientos de Sevilla y de la localidad cercana de Dos Hermanas son incompatibles a pesar de que el Partido Socialista gobierna en ambos consistorios.

La delantera la lleva Dos Hermanas, que ha incluido las 160 hectáreas en las que pretende ubicar el nuevo parque en su recién aprobado Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y pretende comenzar las obras después del verano para terminar el proyecto en dos años.

En cuanto a Sevilla, cuyo parque de 150 hectáreas es compartido por la también localidad sevillana de Alcalá de Guadaira y la Universidad Pablo de Olavide, no aprobará su nuevo plan general hasta octubre, lo que impedirá empezar a trabajar en plano antes de mediados de 2003, según admiten las citadas fuentes municipales sevillanas.

El proyecto de Sevilla, que se ubicará junto a la Universidad Pablo de Olavide y colindante con los grandes polígonos industriales de Alcalá, estará junto a un campo de golf e incluirá viviendas de lujo.

Sus promotores esperan que en los dos primeros años de funcionamiento del parque la ocupación industrial llegue a la mitad a tenor de lista de espera que presenta Cartuja 93.

Respuesta

'Nosotros no vendemos humo', replica la portavoz del Ayuntamiento de Dos Hermanas, que calcula en cuatro o cinco años el tiempo que tardará la capital hispalense en poner en marcha su parque.

Basilia Sanz explica que el parque de Dos Hermanas, una localidad de 106.000 habitantes a 10 kilómetros de Sevilla, estará dividido en dos espacios.

Por un lado se habilitarán 100 hectáreas para la implantación de industrias tecnológicas junto al llamado Polígono de la Isla, que también se ampliará en otras 100 hectáreas.

Esta zona de expansión se completa con un área comercial todavía por adjudicar de 60 hectáreas. Y otras 60 hectáreas de parque tecnológico se ubicarán a pocos kilómetros de allí, junto al hipódromo de la localidad en la llamada Dehesa de Valme, y se destinarán exclusivamente a investigación y desarrollo.

Si los proyectos se mantienen tal y como están diseñados sobre el papel, el de la capital aprovechará su alianza con la Universidad Pablo de Olavide y se dirigirá más al I+D, imitando el modelo de Cartuja, mientras que el parque de Dos Hermanas, aunque también con una zona de investigación, estará enfocado principalmente a una actividad tecnológica industrial, como el PTA de Málaga.

Pugna en el área metropolitana por las inversiones

 

No es la primera vez que Dos Hermanas da la batalla por controlar un gran proyecto. Por su proximidad Sevilla y sus privilegiadas comunicaciones es polo de atracción para grandes iniciativas comerciales, urbanísticas y empresariales. Esta condición la comparten otras zonas, como los pueblos del Aljarafe, La Rinconada o Alcalá de Guadaira, lo que ha provocado más de un enfrentamiento.

 

 

 

 

 

 

 

En el caso de Dos Hermanas, el alcalde socialista, Francisco Toscano, no desaprovecha ni una sola oportunidad para captar inversiones, aunque tenga que plantarle cara a sus compañeros de filas. Hace pocos meses, el Ayuntamiento, con un presupuesto de 72 millones de euros, inauguraba uno de los mayores hipódromos de Europa.

 

 

 

Entre las disputas más sonadas con otras localidades también gobernadas por el PSOE destaca la que mantuvo con Castilleja, con la que se enfrentó por hacerse con un centro de Ikea que finalmente perdió. Pero Toscano no se rinde y todavía considera que esta última batalla está abierta.

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