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Crónica de Manhattan

Bush no se mancha

Los candidatos republicanos a las elecciones de noviembre están muy preocupados porque creen que el presidente, George Bush, les está aguando la precampaña con sus tibias propuestas para mejorar el gobierno de las empresas por su pasado empresarial como directivo de Harken Energy y el de su vicepresidente, Dick Cheney, como consejero delegado de una empresa, Halliburton, cuyas prácticas contables examina la SEC. La propuesta de la Cámara de Representantes de aumentar las penas de cárcel para los ejecutivos que cometan fraude, mayores a las aprobadas por el Senado el día anterior, es un síntoma de nerviosismo.

Con ser legítimos esos temores, de momento son también infundados. Esta semana se han conocido tres encuestas de opinión y sólo una, la realizada por Zogby entre los días 12 y 15 de julio, refleja una caída de la popularidad de Bush de siete puntos porcentuales. Pero aun así, el presidente sigue teniendo el apoyo del 62% de la población. Otros dos pulsos de opinión, hechos por un lado por The New York Times (NYT) y CBS News, y Washington Post (WP) y ABC, por otro, muestran que la mano dura, militar y jurídica de la guerra contra al terrorismo parece haber blindado al presidente por un cierto tiempo.

El 70% de los estadounidenses aprueba la gestión de Bush como presidente, según la encuesta del periódico de Nueva York, mientras que el 72% le dan su apoyo en la que publica WP. Es posible, de todas maneras, que a los compañeros del partido del presidente les preocupe el porqué de ese apoyo. La encuesta no responde a esta pregunta y el resto de las cuestiones deja a cualquiera pensando que o bien éstos son unos tiempos confusos o bien ¿cuánto más puede durar el idilio entre el inquilino de la Casa Blanca y los votantes?

Y es que los porcentajes de aprobación caen hasta el 49%, en el caso de los entrevistados por el Post, cuando se les pregunta cómo creen que está respondiendo el presidente a la crisis de confianza corporativa. En el NYT se pregunta si se cree que Bush hizo las propuestas de reforma de las empresas pensando en lo que era mejor para los intereses de los americanos o los de las propias empresas. Y el 50% dice que el presidente tiene más en mente a las empresas. Pero la teoría de la confusión gana cuerpo y la prueba de ello es que a renglón seguido se pregunta si creen que Bush se preocupa 'por gente como usted'. Y ahí el 68% asegura que sí, cuando poco antes además un 58% sentía que las empresas tienen mucha influencia en Bush. Los encuestados del WP aseguraban que prefieren a un demócrata lidiando con el tema de la crisis de confianza empresarial (44%) que a un republicano (42%).

Recuerdan los más cercanos a Bush que está obsesionado por no repetir los errores de su padre. Aquella frase atribuida a Bill Clinton de 'es la economía, estúpido' para explicarle a su padre que con una guerra no se gana una elección, la tiene aprendida. Por eso en un momento en el que la Bolsa registra mínimo tras mínimo y la confianza de los consumidores flaquea, los discursos de Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal, confirmando la fortaleza de la recuperación han sido todo un alivio. Eso sí, ¿aprueba la gestión de Geroge Bush en materia económica? El porcentaje de apoyo cae al 52% (fuente: NYT). Ahí es donde empiezan los nervios de los republicanos.

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