La crisis política en Turquía oculta la división por el ingreso en la UE
La oposición quería convocar una sesión extraordinaria para hoy, a fin de acelerar el debate de las reformas. La coalición gubernamental ha logrado esta vez la unidad suficiente para suspenderla.El temor a que el proceso de reformas para acelerar el ingreso en la UE se descarrile en medio de las turbulencias políticas ha llevado a varios partidos a reclamar que se dé prioridad a estas reformas antes que al proceso electoral. Pero la abolición definitiva de la pena de muerte o la normalización de los derechos sociales y lingüísticos de la minoría kurda siguen siendo temas demasiado sensibles, sobre todo en un contexto de auge nacionalista e islámico.
Los próximos meses son clave. Esta semana concluirá la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) para dar luz verde al desembolso de 3.300 millones de dólares de ayuda y a otro tramo final de 1.100 millones de dólares para 2003. La UE emitirá en octubre un informe evaluando los avances en las reformas exigidas para el acceso. De ese informe dependerá que Turquía obtenga un calendario para el ingreso en la Cumbre de Copenhague en diciembre.
En principio, el 3 de noviembre es la fecha de las elecciones. Pero para ello será necesaria la mayoría parlamentaria y dada la trayectoria de la política turca no hay garantías. Las disputas entre el primer ministro, Bulent Ecevit, y el presidente del país, Ahmed Necdet Sezer, son continuas. Los líderes de la coalición tripartita del Gobierno conspiran contra el propio Ejecutivo y el ministro estrella de la Administración, el ministro de Economía, Kemal Dervis, integrará un nuevo partido opositor.
Lucha dentro del Gobierno
El viceprimer ministro Devlet Bahceli, líder del Partido de Acción Nacionalista (MHP), es el principal valedor de las elecciones anticipadas. En su estrategia, Bahceli ha contado con el apoyo de otro viceprimer ministro, Mesut Yilmaz, líder del Partido de la Madre Tierra (ANAP), y con la oposición de Ecevit, jefe del Partido Socialdemócrata (DSP). Sólo la dimisión de 60 diputados ha forzado a Ecevit a convocar los comicios. Esos diputados integrarán probablemente un nuevo partido, encabezado por Dervis y el recién dimitido ministro de Exteriores, Ismail Cem. Pero las peleas políticas no son novedad en el país. En 2001 provocaron la peor crisis económica desde 1945, con una contracción del PIB del 9,4%. Turquía afronta un horizonte lleno de problemas. La deuda constituye el más peligroso de esos desafíos: dos tercios de la misma están vinculados a moneda extranjera, la lira se ha depreciado más de un 20% en dos meses. Sólo en 2001, los pagos de la deuda externa ascendieron a 24.600 millones de dólares. Pero los expertos apuntan a la deuda doméstica como un problema mayor.
Los analistas señalan que la financiación de esa deuda interna se está haciendo a un coste 'dramático'. El rendimiento de los papeles del Tesoro ha llegado al 90%. El índice riesgo-país, que mide la percepción de riesgo por parte de los tenedores internacionales de bonos, ha pasado en un mes de 600 a 900 puntos.
Goldman Sachs señala que los fondos que el Gobierno tendrá que buscar en el mercado local sólo en esta segunda mitad del año ya ascienden a 17.500 millones de dólares. El panorama de financiación no es nada positivo: 'Mientras no emerja una clara mayoría pro reformas y pro UE, las tasas no bajarán'.
La inestabilidad política paraliza además las reformas estructurales y las privatizaciones necesarias para generar ingresos presupuestarios. En estas circunstancias, las perspectivas para 2003 son aún más negativas. Un informe de JP Morgan cifra la brecha de financiación en 2003 en 10.000 millones de dólares.
Nuevas ayudas del FMI
'La cuestión clave es si el Gobierno será capaz de cubrir esa brecha. Serán necesarias más ayudas del FMI, pero con las crisis en Argentina y Brasil, va a ser muy difícil convencer al Fondo de que aumente su exposición en Turquía', señala Butaralp Candemir, de HCI. Los economistas apuntan entonces al crecimiento para sortear la crisis. 'Todo dependerá del PIB, el objetivo del 3% para este año es posible. Pero la economía tiene un panorama más complicado en 2003. La turbulencia política pesa en los tipos de interés, lo que hace crecer la brecha de financiación', dice Jasmine Agnetotau de TEB Investment.
Con todo, Turquía siempre tendrá un paracaídas: 'Somos un aliado muy importante para EE UU, nunca nos dejará caer', opina Altug Karamemderis, de Ata Invest. Turquía alberga las bases más importantes de la OTAN en Europa y ha sido colaborador esencial en la ofensiva estadounidense en Afganistán. La pregunta es si EE UU está dispuesto a seguir pagando las facturas de la irresponsabilidad política turca.