Crecimiento nulo del IPC británico en junio
IPC de junio en Reino Unido: 1.0% (i.a.); previsión: 1.1%; anterior: 1.1%
IPC subyacente de mayo en Reino Unido: 1.5% (i.a.); previsión: 1.7%; anterior: 1.8%
En consonancia con las expectativas, los precios al consumo británicos continúan sin reflejar tensiones importantes a pesar del dinamismo mostrado por el consumo en dicha economía.
La moderación del ritmo de crecimiento de los precios se produce principalmente vía dos factores relacionados con las partidas más volátiles del IPC. Por un lado, la reducción de los precios al consumo relacionados con los vehículos de motor (seguros, coste, mantenimiento), liderada por el abaratamiento del precio del crudo que acelera su ritmo de retroceso interanual hasta 6% desde 4% en mayo. Y por otro lado los precios del sector alimentario, especialmente los alimentos frescos que aceleran su tasa de retroceso hasta el 14.1% desde el 8.5% de mayo.
En ambos factores la corrección mensual se ve intensificada por un efecto de base producido por el crecimiento que venían experimentando dichas partidas, energía y alimentos, en junio del año pasado.
La tasa de crecimiento de los precios excluyendo los intereses de las hipotecas alcanza en junio un mínimo histórico (nunca antes se había registrado una tasa de avance interanual por debajo de 1.8%). El coste de financiación de las hipotecas británicas asciende ligeramente en junio, al contrario de lo que sucedía hace un año. A dicho incremento se une el crecimiento del precio de la vivienda. El efecto de este aumento en el precio de la vivienda es lo que provoca que la moderación sea menor en el caso del IPC que en el IPC subyacente británico.
En cuanto al IPC armonizado, la moderación se produce por caídas en los precios de alimentos, ropa y calzado. Moderación ligeramente contrarrestada por el incremento de los precios de transporte y ocio.
El agotamiento del efecto interanual favorable en las partidas de alimentos y energía, que últimamente vienen contribuyendo a la moderación de los precios, y la depreciación de la libra esterlina son factores que apuntan a que la inflación británica abandonará en próximos meses los mínimos en los que se encuentra instalada en la actualidad.