Cuatro patronales lanzan un plan para reciclar aparatos electrónicos
El plan de creación de un sistema integrado de gestión multisectorial de recogida, tratamiento y reciclaje de todos aquellos productos electrónicos lanzado por las patronales Anfel, Aniel, Asimelec y Fape fue presentado recientemente al ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas.
Su finalidad es minimizar el coste de los procesos de recogida, tratamiento y reciclado, para lo que es necesario, según aseguran las asociaciones en una nota, 'poder ejercer un estricto control sobre los mismos, lo que resulta más fácil y económico dentro de un sistema colectivo que de forma individual'. Además, la actuación de manera conjunta 'permitirá optimizar los costes de gestión y conseguir mejores condiciones en la contratación de los servicios necesarios para adaptarse a la futura normativa europea y, en consecuencia, a la futura legislación española'.
Las cuatro asociaciones tienen a punto la creación de una fundación sin ánimo de lucro que asumirá las competencias en todos los aspectos del proceso y se ocupará de la recogida y tratamiento de los equipos y productos de estos sectores que hayan llegado al final de su vida.
Fuentes de la patronal Aniel, en la que tienen una fuerte presencia las empresas de telecomunicaciones, han asegurado que sus compañías asociadas, 'a pesar de pertenecer a sectores limpios, han sido las primeras en tomar iniciativas encaminadas a respetar el medio ambiente'.
Elementos peligrosos
En concreto, señalan, que han desarrollado 'intensos programas para sustituir sustancias y elementos peligrosos (tales como los clorofluorcarbonados, plomo y cadmio), recogida y reciclaje de teléfonos móviles, pilas y baterías, así como para reducir y gestionar sus propios residuos derivados del proceso de fabricación'.
Consecuentes con la necesidad de adaptarse a las exigencias del medio ambiente y también a la legislación que las autoridades europeas y españolas están elaborando, las compañías tecnológicas, a través de sus patronales, han participado desde el principio en el desarrollo de los nuevos textos normativos.
Conscientes de las repercusiones económicas que su puesta en marcha va a tener sobre fabricantes, importadores y consumidores, han secundado la propuesta de un sistema colectivo de recogida y reciclado de productos al final de su vida.