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Internacional

Los expertos prevén que el dólar seguirá cayendo a corto plazo

El viernes pasado el índice de la Universidad de Michigan dio nuevas muestras de la desconfianza de los consumidores en la recuperación estadounidense, al caer a niveles no vistos desde noviembre pasado.

En vista de que el sentimiento frente a la primera economía del mundo empeora y las Bolsas no se recuperan, los analistas apuestan porque el dólar podría seguir cayendo fácilmente hasta cambiarse a 1,10-1,15 unidades por euro. 'En ese nivel aún no se podría decir que el dólar está barato', afirma Félix González, director general de gestión de activos de Beta Capital.

El viernes por la tarde el euro se cambiaba a 0,9904 dólares. Un dólar débil revierte en ventajas para los exportadores de EE UU, que según González, 'no tiene ya más salidas que permitir que su moneda se deprecie' para impulsar el crecimiento, una vez que no hay margen para actuar vía la política monetaria (los tipos de interés están al 1,75%) o fiscal (por el alto déficit presupuestario).

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Montse Martínez, analista del servicio de estudios del BBVA, coincide al afirmar que el dólar 'a corto plazo está muy afectado por las incertidumbres, por lo que no se espera un cambio de tendencia'. Sin embargo, a finales de año, 'si la prima de riesgo se modera y se recupera la confianza se podrá ver una pequeña corrección', añade.

Para José Luis Martínez, analista de Citigroup, ese cambio de tendencia está a la vuelta de la esquina y advierte que 'hay preocupación por el crecimiento europeo'.

De momento, la sucesión de escándalos contables de las empresas estadounidenses y la involucración del presidente, George Bush, y el vicepresidente, Dick Cheney, hacen apostar por un debilitamiento de su divisa.

En la UE la fortaleza del euro permite contener los precios. Montse Martínez apunta que, además, este cambio de tendencia del cambio euro-dólar 'tiene un efecto psicológico positivo, pues la depreciación del euro se veía como algo negativo'.

Un informe de Credit Suisse First Boston señala que 'el cambio de tendencia del euro debería reducir la inflación en 2003', hasta el 1,6% frente al 2,1% previsto para 2002. Según dicho informe 'si el euro se aprecia y los mercados caen, el riesgo es que [una subida de los tipos de interés] puede ser aplazada'. Credit Suisse First Boston había pronosticado una subida de 25 puntos básicos en el cuarto trimestre (el tipo de interés en la zona euro está en el 3,25%).

No obstante, la incidencia de un dólar débil no es igual para todos los países europeos ni para todos los sectores. Para Paul Mortimer-Lee, analista de BNP Paribas, 'las industrias que se verán más afectadas serán la de maquinaria, la eléctrica, la óptica y el equipo de transporte'.

En cuanto a los países, 'el más afectado será Reino Unido, y el menos afectado, Francia'. Mortimer subraya que los países más expuestos a la evolución del dólar son los dos (Reino Unido y Suecia) no vinculados al euro.

La exposición de Reino Unido es un 50% mayor que la de Francia, debido a la gran penetración de importaciones de bienes en dólares y a las muchas exportaciones con destino a países dolarizados.

Japón, el país más perjudicado

 

 

 

 

La depreciación del dólar en los últimos meses tiene un claro perjudicado: Japón. La semana pasada el yen se apreció un 3% frente al billete verde, dejando a la moneda nipona en su nivel más alto en 10 meses. Los analistas coinciden en que la revalorización del yen perjudicará las exportaciones, motor de la incipiente recuperación de la economía.

 

 

 

 

 

 

 

El viernes, el yen se cotizó a 116,80 unidades por dólar. El jueves alcanzó en Nueva York un cambio a 116,51, el mínimo desde el 24 de septiembre.

 

 

 

 

 

 

 

De poco han servido las intervenciones del banco central, que en las últimas semanas ha vendido yenes por valor de 25.000 millones de dólares (25.250 millones de euros) para frenar la escalada de su divisa, según datos de Credit Suisse First Boston.

 

 

 

 

 

 

 

'La apreciación del yen es un freno a la recuperación de las exportaciones', afirma Montse Martínez, analista del BBVA.

 

 

 

 

 

 

 

Un aumento de la demanda desde Estados Unidos y desde el sureste asiático ha conseguido impulsar las exportaciones y que Japón salga de la recesión, la décima en una década. Además, una continuada apreciación del yen tendría una incidencia negativa en los precios 'al incrementar el riego de que Japón vuelva a la deflación', alerta Cyril Beuzit, analista de BNP Paribas.

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