Bristol Myers se suma a la lista de empresas investigadas por la SEC
Bristol Myers adoptó el año pasado una política de descuentos en sus ventas a mayoristas para dar un empujón a sus ingresos. La respuesta fue buena pero la estrategia se reveló como un gran error a medio plazo. Aquellos altos niveles de ventas han hundido la demanda actual y los inventarios están por encima de sus cifras normales.
El cálculo de los analistas lo sitúa en un exceso de 1.800 millones de dólares (1.816 millones de euros). El pasado mes de abril, la empresa revisó a la baja sus previsiones 'para los próximos cuatro meses al menos' y despidió a su responsable financiero, Frederick Schiff.
La SEC se ha fijado en los resultados de esta estrategia comercial, que no es ilegal, pero investiga si durante los últimos dos años la empresa ha informado de una facturación mayor de lo realmente obtenido.
Lo que se quiere comprobar desde el órgano de supervisión de los mercados es si las ventas con descuentos confundieron a los inversores sobre el potencial real de su crecimiento.
En otros momentos este asunto no hubiera atraído la atención de la SEC, pero actualmente las empresas en EE UU viven un momento de profunda desconfianza basada en los comportamientos de empresarios como los de Enron y Worldcom por citar algunos. Los analistas consideran que aunque la SEC está hilando muy fino en este caso, lo cierto es que el exceso de inventario actual proyecta dudas.
Según el diario Financial Times, que hizo pública esta crisis, no hay pruebas de que la empresa hiciera estos descuentos para inflar sus cuentas.
El presidente de la SEC, Harvey Pitt, es objeto de fuertes críticas por la gestión de esta crisis y por los lazos que le unieron como abogado con la industria de la contabilidad antes de llegar a su actual puesto. Ayer, el senador republicano John McCain, volvió a pedir su dimisión.
Mientras, Bristol Myers continúa cayendo en Bolsa de forma imparable (un 60% en lo que va de año). Al medio día de ayer el retroceso rondaba el 11%.
La empresa, que estaba en conversaciones preliminares para fusionarse con Glaxo, ha tenido un año complicado por la negativa de las autoridades a dar licencia para la comercialización el fármaco Erbitux, de Imclone, y por el final de las patentes de algunos medicamentos.
Bush recibió préstamos de su antigua empresa
El presidente de EE UU, George Bush, empieza a tener motivos para estar incómodo cuando se habla de la desconfianza en el sistema. Bush, quien enfatizó el papel de la ética en un discurso a principios de semana en Wall Street, describió algunas conductas reprochables en su discurso que él mismo practicó.
El presidente dijo que las empresas deberían dejar de hacer préstamos a sus ejecutivos pero según informaba ayer The New York Times, él recibió en los años ochenta dos préstamos por parte de la petrolera para la que trabajaba, Harken Energy.
Estos créditos permitieron a Bush (el único presidente de EE UU con un MBA) comprar 105.000 títulos de la empresa que vendió en junio de 1990. La ventaja es que el interés a pagar era del 5% anual cuando los tipos eran del 7,5% entonces. En 1989 se relajaron más los términos del crédito 'para retirarte cualquier responsabilidad'.
Cuando vendió, Bush ganó 848.000 dólares, de los cuales tuvo que devolver 500.000 para cerrar el crédito. Las plusvalías le permitieron entrar en el accionariado del equipo de béisbol de los Texas Rangers, asegurar su fortuna y desde el mundo del deporte dar el salto político.
Las revelaciones del diario neoyorquino aumentan los problemas de los dos máximos responsables de la Casa Blanca. El miércoles, el vicepresidente Dick Cheney, fue demandado por Judicial Watch, una organización ciudadana conservadora, por haber inflado los resultados de Halliburton, la compañía que presidió.